jueves, 31 de octubre de 2013

Don Carlo (XV). Tras la tempestad llega la calma. Cuarteto bajo-barítono-soprano-mezzo.

Elisabetta entra turbada y pide justicia porque le han robado un cofrecito donde guardaba todas sus pertenencias. El Rey, con calma, se lo enseña porque fue él quien lo cogió y le pide que lo abra, y como ella rehúsa a hacerlo es él quien lo abre. Aparece, naturalmente, un retrato de su hijo y le pregunta a la Reina por qué lo guarda. Ella le recuerda que antes fue prometida de Don Carlo, y el Rey le llama adúltera. La Reina, sin fuerzas, cae desmayada, y el Rey pide socorro arrepintiéndose de su descontrol. Aparecen Éboli y Posa para ayudarla, y el Rey deja de sospechar de su adulterio por su manera de actuar. Éboli se lamente de haberla delatado, Posa considera que hay que tomar cartas en el asunto, mientras Elisabetta lamenta su vida, qué ha hecho para merecer esto.

Un cuarteto de excepción, sensacional, perfectamente compuesto y con las voces impecablemente integradas es el que hoy nos toca. Lo cantan el bajo Felipe II, la soprano real, la mezzo princesa y el barítono duque. Muy aristocrático todo, como la ópera que nos ocupa. Escuchad, escuchad.


Ghiaurov, Quilico, Freni, Bumbry. De 2.31.00 a 2.40.15.

Raimondi, Milnes, Caballé, Verret. La mejor versión de este cuarteto.


Ghiaurov, Waetcher, Janowitz, Verret


Siepi, Sereni, Jurinac, Cossotto

martes, 29 de octubre de 2013

Don Carlo (XIV). Estado e Iglesia platican sobre severos asuntos. Dúo de bajos.

Felipe II pide consejo al Gran Inquisidor acerca de qué castigo imponer a su hijo Carlo por su desmesurada conducta, y duda entre la ejecución y el destierro. El Gran Inquisidor, nonagenario y ciego pero con un magnífico control sobre la Iglesia española, le autoriza al Rey para matarlo por hereje (aquí el que se mueve es hereje), aunque le advierte de que Posa es también peligrosísimo para la Iglesia y el Estado, y que hay que condenarlo igualmente. El Rey duda en hacer caso del Inquisidor aunque entiende que ni él mismo puede hacer frente al poder de la Iglesia.

La oscuridad alcanza su cénit en este dúo de bajos, que más tenebroso no puede imaginarse. La situación y el perfil de los personajes obliga a plantear unas frases prolongadas, un acompañamiento plúmbeo de la orquesta, solemne, formalísimo, un auténtico diálogo sobre el poder. Por favor, leedlo, lo he adjuntado abajo.

En la primera parte es Felipe II quien pregunta y por ello domina en la misma, mientras que coge el relevo el Inquisitore (allor son io che a voi parlerò - ahora me toca hablar a mí). El mismo Felipe II claudica ante la Iglesia entregándole a Posa (Dunque il trono piegar dovrà sempre all'altare - así el trono deberá plegarse siempre ante el altar).

De 2.21.05 a 2.30.45. Ghiaurov y Furlanetto


Jerome Hines (Inquisitore) y Paul Phliska (Felipe II). Dirige Levine

Hines de nuevo, aquí con 29 años, y Siepi con 27 como Felipe II, soberbios como mínimo.



Ghiaurov de nuevo pero como Inquisitore, y Raimondi como Felipe II (en estudio). Dirige Giulini


Scena Seconda

(Filippo, il  Grande Inquisitore, cieco, 
nonagenario, entra sostenuto da due 
frati domenicani. Il Conte di Lerma.)

IL CONTE Dl LERMA 
Il Grande Inquisitor!

L'INQUISITORE 
Son io dinanzi al Re...?

FILIPPO 
Si; vi feci chiamar, mio padre! 
In dubbio io son, 
Carlo mi colma il cor 
d'una tristezza amara.
L'infante è a me ribelle, 
Armossi contro il padre.

L'INQUISITORE 
Qual mezzo per punir scegli tu?

FILIPPO 
Mezzo estremo.

L'INQUISITORE 
Noto mi sial

FILIPPO
Che fugga... che la scure...

L'INQUISITORE 
Ebbene?

FILIPPO 
Se il figlio a morte invio, 
M'assolve la tua mano?

L'INQUISITORE
La pace dell'impero i di val d'un ribelle,

FILIPPO 
Posso il figlio immolar al mondo 
io cristian?

L'INQUISITORE 
Per riscattarci Iddio il suo sacrificò.

FILIPPO
Ma tu puoi dar vigor a legge si severa?

L'INQUISITORE 
Ovunque avrà vigor, 
se sul Calvario l'ebbe.

FILIPPO 
La natura, 
l'amor tacer potranno in me?

L'INQUISITORE
Tutto tacer dovrà per esaltar la fè.

FILIPPO
Stà ben.

L'INQUISITORE
Non vuol il Re su d'altro interrogarmi?

FILIPPO
No.

L'INQUISITORE 
Allor son io che a voi parlerò, Sire. 
Nell'ispano suol mai l'eresia dominò, 
Ma v'ha chi vuol minar 
l'edificio divin; 
L'amico egli è del Re, il suo fedel compagno,
Il demon tentator che lo spinge a rovina. 
Di Carlo il tradimento che giunse a t'irritar
In paragon del suo futile gioco appar. 
Ed io, l'inquisitor, 
io che levai sovente 
Sopra orde vil di rei la mano mia possente,
Pei grandi di quaggiù, scordando la mia fè,
Tranquilli lascio andar un gran ribelle...
e il Re.

FILIPPO
Per traversare i di dolenti in cui viviamo
Nella mia Corte invan cercato 
ho quel che bramo,
Un uomo! Un cor leale! Io lo trovai!

L'INQUISITORE
Perchè un uomo?
Perché allor il nome hai tu di Re,
Sire, se alcun v'ha pari a te?

FILIPPO 
Non più, frate!

L'INQUISITORE
Le idee del novator in te son penetrate!
Infrangere tu vuoi con la tara debol man
Il santo giogo, esteso sovra l'orbe roman...!
Ritorna al tuo dover; 
La Chiesa all'uom che spera, 
A chi si pente, 
Puote offrir la venia intera; 
A te chiedo il signor di Posa.

FILIPPO 
No, giammai!

L'INQUISITORE
O Re, se non foss'io con te nel reggio ostel
Oggi stesso, lo giuro a Dio,
Doman saresti presso il Grande Inquisitor
Al tribunal supremo.

FILIPPO
Frate! 
troppo soffrii il tuo parlar crudel!

L'INQUISITORE 
Perché evocar allor l'ombra di Samuel? 
Dato ho finor due Regi 
al regno tuo possente...! 
L'opra di tanti di tu vuoi strugger, demente! 
Perchè mi trovo io qui? 
Che vuol il Re da me?

(Per uscire)

FILIPPO
Mio padre, che tra noi la pace alberghi ancor

L'INQUISITORE
La pace?

FILIPPO 
Obliar tu dei quel ch'è passato.

L'INQUISITORE
Forse!

(Esce)

FILIPPO
(Solo) 
Dunque il trono 
piegar dovrà sempre all'altare!


EL CONDE DE LERMA
¡El Gran Inquisidor!

EL INQUISIDOR
¿Estoy ante el rey...?

FELIPE
Sí. Os he hecho llamar, padre;
Tengo dudas.
Carlos me llena el corazón 
de una tristeza amarga.
El infante me es rebelde,
y se ha armado contra su padre.

EL INQUISIDOR 
¿Qué método de castigo escoges tú?

FELIPE 
El más duro.

EL INQUISIDOR
Me sea sabido...

FELIPE
Que huya... o que el hacha...

EL INQUISIDOR 
Y, ¿bien?

FELIPE 
Si a mi hijo envío a la muerte, 
¿me absuelve tu mano?

EL INQUISIDOR
La paz del imperio vale los días de un rebelde

FELIPE
¿Puedo sacrificarle al mundo a mi hijo,
yo, cristiano?

EL INQUISIDOR
Para salvarnos, Dios sacrificó al suyo.

FELIPE
Pero, ¿tú puedes dar vigor a tan severa ley?

EL INQUISIDOR
Está siempre en vigor, 
si se aplicó en el Calvario.

FELIPE
La naturaleza, el amor, 
¿pueden silenciarse en mí?

EL INQUISIDOR
Todo se acalla para exaltar la fe.

FELIPE
Está bien.

EL INQUISIDOR
¿No quiere el rey preguntarme nada más?

FELIPE
No.

EL INQUISIDOR 
Entonces, seré yo quien os hable, Señor. 
En el suelo hispano jamás dominó la herejía;
pero hay quien quiere minar la obra divina.
El amigo del rey, su fiel compañero, 
el demonio tentador que lo impulsa a la ruina.
De Carlos, la traición que tanto te irritó
es, en comparación, un juego fútil. 
Y yo, el inquisidor, 
yo que he levantado a menudo mi mano poderosa
sobre la vil horda de herejes, 
por grande que fueran aquí abajo, 
olvidando mi fe, 
tranquilo dejo andar a un gran rebelde...
y el rey.

FELIPE
Para soportar los hirientes días que vivimos
en vano he buscado en mi Corte 
a aquél que deseo, ¡Un hombre! 
¡Un corazón leal! ¡Y lo he encontrado!

EL INQUISIDOR 
¿Por qué un hombre? 
¿Por qué entonces ostentas el nombre de rey?
Señor, ¿es que hay alguien que os iguale?

FELIPE 
¡Ya basta, hermano!

EL INQUISIDOR
¡Las ideas del inovador han penetrado en ti!
Pretendes sacudirte, con tu débil mano,
el yugo santo que cubre a todo el orbe romano.
Vuelve a tu deber.
La Iglesia, al hombre que confía,
al que se arrepiente,
puede ofrecerle venia completa.
Te pido al señor de Posa.

FELIPE 
¡No! ¡jamas!

EL INQUISIDOR
¡Oh, rey! Si no estuviese contigo en palacio 
hoy mismo, lo juro por Dios, 
mañana estaríais preso ante el Gran Inquisidor
en el tribunal supremo.

FELIPE 
¡Hermano! 
¡Demasiado estoy sufriendo ya tu crueldad!

EL INQUISIDOR 
¿Por qué evocar ahora la sombra de Samuel? 
He dado ya dos reyes 
a tu reino poderoso...! 
¡Esa gran obra quieres tú destruir, loco!
¿Para qué estoy yo aquí? 
¿Qué quiere el rey de mí?

(A punto de irse)

FELIPE
Padre mío, que entre nosotros haya paz.

EL INQUISIDOR
¿Paz?

FELIPE
Olvidar debes todo lo que ha pasado.

EL INQUISIDOR
Tal vez.

(Se va.)

FELIPE
(A solas)
¡Así, pues, el trono 
debe plegarse siempre al altar!...


lunes, 28 de octubre de 2013

Don Carlo (XIII). Felipe II se siente solo. Genial aria para bajo

Acto IV. Felipe II trabaja en sus aposentos a solas, y se siente tremendamente abandonado a pesar de ser el Rey más poderoso de la faz de la Tierra. Nadie le ama, ni Elisabetta la Reina. Por si fuera poco, ha fracasado también como padre y sólo le resta el gran poder que ostenta.

Verdi retrata aquí la faceta más íntima de Felipe II, mostrándonos un Rey sensible, frágil, con nobilísimos acentos en sus geniales frases, sumido en la más triste desolación. Es una figura magnánima no sólo vocal sino también dramáticamente, una de las creaciones más cuidadas y reconocidas del Maestro. El chelo introductorio pone voz a la grave situación afectiva que vive nuestro Monarca.

Cesare Siepi, de voz profunda y bellísima, con unos acentos de alta nobleza, sumada a su madurez vocal consigue un excepcional dramatismo. El más grade Felipe II de la discografía.




Samuel Ramey en La Scala, dirigiendo, Muti, en uno de sus papeles más queridos y mejor logrados. Quizá el último gran bajo hasta hoy.

Un bajo fundamental de la actualidad es Rene Pape


Ferruccio Furlanetto

Ruggero Raimondi, de voz bella aunque clara para Felipe II. Dirige Zubin Mehta.


Don Carlo (XII). Auto de Fe (II).

Entra Don Carlo acompañado de unos diputados flamencos (éste va a liarla), que se postran ante el rey pidiendo el fin de la masacre. Felipe II no les quiere hacer caso, les dice de todo, incluso infieles, pide que los guardias los alejen , a pesar de que todo el pueblo comprende sus reclamaciones. Para rizar el rizo, Don Carlo pide a su padre que le nombre gobernador de Flandes, y el Rey dice nones porque sospecha, y sospecha bien, que no compartirían la misma política.

Don Carlo, harto de todo, desenvaina la espada contra su padre como amenazándole, a lo que éste lo considera un ultraje y pide que desarmen a su hijo. Sorprendentemente, Posa cumple los deseos del Rey y por ello le nombra Duque allí mismo. El Rey, junto con la Reina, se dirige a sus poltronas para observar el Auto de Fe. Los condenados sufren su pena impuesta y una voz del cielo consuela las almas de las víctimas.

Continuación del Auto de Fe, con los coros del pueblo pidiendo clemencia para los flamencos y situaciones tensas iniciadas por Don Carlo con su espadita. Todo un espectáculo de masas delicioso y exuberante.

De 1.55.50 a 2.07.50

domingo, 27 de octubre de 2013

Don Carlo (XI). Auto de Fe. Gran escena (I)


En una gran plaza frente a Nuestra Señora de Atocha se va a proceder a un Auto de Fe de la Inquisición, donde la multitud se congrega para ver pasar a los condenados guiados por los frailes. Se abren las puertas y aparece el Rey Felipe II, aclamado unánimemente.

Espectacular escena de masas, iniciada por un Preludio con repique de campanas. El pueblo está exultante (Spuntato ecco il dì d'esultanza), no así los herejes condenados (il dì spuntò, dí del terrore...el día despuntó, día del terror), con frases tenebrosas, graves y sufridoras.

La regia que os propongo, para cambiar un poco, es la de Zeffirelli para la Scala en 1992, aquí en un estilo gótico majestuoso, asimismo con brillante vestuario, bellísimo y convencional de manera que todos podamos entender la ópera sin las atrocidades escénicas tan típicas de hoy.
Dirige Muti, con la velocidad que le caracteriza.

http://www.youtube.com/watch?v=TndMz7ulhx8&list=PLC1CC5180C7E0449E


Don Carlo (X). Ha habido un malentendido. ¡Murat de Montagne!

Acto III, en los jardines de la Reina en Madrid.

Éboli, que está enamorada de Don Carlo, ha concertado con él una cita anónima y él piensa que es Elisabetta que no puso su nombre por si interceptasen la carta. Entonces el frenesí de Don Carlo se trunca cuando ella se levanta el velo (como las sociedades en Derecho Mercantil), aunque no entiendo por qué no antes, ya que por la voz de mezzo y no de soprano sabría perfectamente que no es la Reina. Éboli se siente decepcionada porque se da cuenta de que ama a la Reina y para chincharle le comenta que Posa es el confidente de su padre el Rey.

Hablando del rey de Roma, aparece Posa y le pregunta a Éboli qué es lo que pasa. Ella advierte que la suerte de Carlo depende de ella, y Posa quiere quitarse el problema de enmedio y martarla, a lo que el clemente Carlo se interpone y no le permite matarla, no sin rabia y odio de ella, bien concentrados. La dejan ir, y Posa sugiere a Carlo que le entregue todos los documentos que puedan comprometerlo para que Éboli no los encuentre. A pesar de ser el nuevo confidente del Rey, Carlo debe mantener su confianza en él.

Preludio inicial que nos recuerda el aria de Don Carlo ya escuchada, como si en ese momento la cita de éste fuera con la Reina (lo que él pensaba) y la estuviera observando en el bosque. Las frases de Don Carlo antes de descubrir la identidad de la desconocida nos revelan todos sus sentimientos, y las de después, de sorpresa y desilusión, también. Así, Éboli se va enfureciendo paulatinamente y así se refleja en esas frases cortas e incisivas, punzantes, incluso de amenaza (trema per te...), con la inestimable participación de Posa que tampoco está muy contento, hasta el final cuando vuelve a sonar la melodía de la amistad, que cierra el cuadro.

De 1.34.40 a 1.48.40. Plácido, Bumbry, Quilico.


Murat di Montagne, queso "rulo" de cabra de Mediodía-Pirineos, blanco, cremoso, muy elegante en boca con sabores lácteos.

viernes, 25 de octubre de 2013

Don Carlo (IX). Felipe II y Posa intercambian impresiones. Aria y Dúo. ¡Coup de Corne!

Felipe II entra en el monasterio y encuentra sola a su esposa. En consecuencia, manda a su dama de honor al exilio porque ha infringido una norma capital, ya que no puede dejar sola a la Reina. Ésta se entristece, pues siempre le ha inspirado gran cariño y simpatía. Le "dedica" un aria (Non pianger mia compagna...No llores, compañera mía).

Una vez la Reina y su séquito abandonan el lugar, se quedan allí únicamente Felipe II y Posa. El Rey le pregunta si puede hacer algo por él, pues lo considera un buen súbdito. Posa, que no necesita gran cosa para sí mismo, le pide que sea más benevolente con Flandes. Nuestro Monarca responde que sólo habrá paz con sangre, y que deben ser oprimidos sin piedad, a lo que replica Posa que ésa sería una "paz de los sepulcros" (la pace dei sepolcri!) y que para demostrar su autoridad y sentido de Estado debe darles la libertad.

Esa rebeldía cautiva al Rey, que le advierte que no conoce del todo la situación y que lo entenderá más adelante. Además le confiesa su preocupación por su sospecha sobre la relación entre la Reina y su hijo Carlos, y le pide a Posa que le mantenga informado, amén de advertirle que se aleje del Gran Inquisidor (el que avisa no es traidor).


Delicada y tierna aria de la Reina (la primera de las 2 con las que cuenta), breve y con orquestación mínima para expresar sus más íntimos y fraternales sentimientos por la expulsión de su dama de honor.

El dúo de Posa y el Rey presenta colores oscurísimos por ser un dúo severo entre nobles, voces graves (barítono y bajo), que tratan asuntos de estado y otros personales de máxima confidencia, con unas frases preciosas de Posa al final en tono mayor. La construcción del dúo y las líneas melódicas son de lo más moderno en la producción operística, del Verdi más maduro y evolucionado, una auténtica obra de arte dentro de esta otra obra maestra que es Don Carlo.


1.14.50 a 1.32.20. Mirella Freni como Isabel, Quilico como Posa y Ghiaurov como Felipe II.

Renata

Montse.

Paul Phliska como Felipe II y Milnes como Posa. Subt. en inglés.

Cesare Siepi como Felipe II, Ettore Bastianini como Posa.




Un queso cremoso magnífico de vaca con corteza de ceniza comestible, que os recomiendo

martes, 22 de octubre de 2013

Don Carlo (VIII). Incomunicación dialogada entre Carlo y la Reina. Dúo.

La Reina recibe al Infante, quien le ruega interceda ante el Rey para le permita viajar a Flandes. Ella responde "hijo mío", y él abandona todo absurdo formalismo y le vuelve a declarar su amor, rechazado suavemente por ella, que prefiere olvidar antes que sufrir. Con esas frases tan terroríficas de Don Carlo (sotto il mio pie si dischiuda la terra, il capo mio si dal fulmin colpito...que vendría a ser "que me trague la tierra y me parta un rayo") la Reina le "sugiere" que vaya a matar a su padre para casarse con su madre, es decir, con ella misma. 

En este segundo dúo de tenor-soprano tenemos un claro ejemplo de la modernidad de esta ópera porque es un dúo dialogado, donde apenas se repiten los versos o las frases melódicas y, lo más sorprendente, tenor y soprano no cantan ni una frase juntos. La orquesta explota con Carlo (en forma de falsa cabaletta), contagiando también ese ardor a Elisabetta.


Plácido y Montserrat, pluscuamperfectos.
Don Carlo: Perduto ben, mio sol tesor by Plácido Domingo, Orchestra of the Royal Opera House, Covent Garden, Carlo Maria Giulini, Montserrat Caballé
Don Carlo: Oh! Carlo! oh! Carlo! (Carlo/Elisabetta) by Plácido Domingo, Orchestra of the Royal Opera House, Covent Garden, Carlo Maria Giulini, Montserrat Caballé


Bergonzi y Tebaldi. Las frases del tenor de 6.45 son de un lirismo tiernísimo y arrebatador.




Pavarotti y Dessì


Carreras y Freni




DON CARLO
(Prima con calma, poi animandosi
gradatamente)
Io vengo a domandar grazia alla mia Regina.
Quella che in cor del Re 
tiene il posto primiero
Sola potrà ottener questa grazia per me.
Quest'aura m'è fatale, 
m'opprime, mi tortura,
Come il pensier d'una sventura,
Ch'io parta! N'è mestier!
Andar mi faccia il Re nelle Fiandre.

ELISABETTA
(Commossa) 
Mio figlio!

DON CARLO
(Con veemenza)
Tal nome no;
Ma quel d'altra volta...!

(Elisabetta vuol allontonarsi; Don Carlo, 
supplichevole, l'arresta.)

Infelice! più non reggo. 
Pietà! Soffersi tanto; pietà! Il cielo avaro
un giorno sol mi die; poi, 
rapillo a me!

(Rodrigo ed Eboli attraversano la scena 
conversando.)

ELISABETTA
(Con un'emozione frenata) 
Prence, se vuol Filippo 
Udire la mia preghiera, 
per la Fiandra da lui 
Rimessa in vostra man 
Ben voi potrete partir doman.

(Rodrigo ed Eboli sono partiti. Elisabetta
fa un cenno d'addio o Don Carlo e vuole
allontanarsi)

DON CARLO
Ciel! Non un sol, un solo detto
Pel meschino ch'esul sen va!
Ah! perchè mai parlar non sento
Nel vostro cor la pietà?
Ahimè! quest'alma è oppressa,
Ho in cure un gel...!
Insan, piansi e pregai nel mio delirio,
Mi volsi a un gelido marmo d'avel.

ELISABETTA 
Perchè, perchè accusar il cor 
d'indifferenza? 
Capir dovreste questo nobil silenzio. 
Il dover, 
come un raggio al guardo mio brillò. 
Guidata da quel raggio io moverò. 
La speme pongo in Dio, nell'innocenza! 

DON CARLO
(Con voce morente)
Perduto ben, mio sol tesor,
Ah, tu, splendor di mia vita
Udir almen, ti poss'ancor
Quest'alma ai detti tuoi schiuder 
si vede il ciel!

ELISABETTA
Clemente Iddio, così bel cor 
Acqueti il suo duol nell'oblio; 
O Carlo, addio, su questa terra 
Vivendo accanto a te mi crederei nel ciel!

DON CARLO
(Con esaltazione) 
O prodigio! Il mio cor s'affida, si consola;
Il sovvenir del dolor s'invola, 
il ciel pietà senti di tanto duol. 
Isabella, al tuo pie' io va' d'amor...

(Cade privo dl sensi al suolo).

ELISABETTA
(Recunata su Don Carlo) 
Giusto ciel, la vita già manca 
Nell'occhio suo che or si spegne. 
Bontà celeste, deh! tu rinfranca 
Quel nobil cure che sì penò. 
Ahimè! Il dolor l'uccide... 
Tra queste braccia io lo vedrò 
Morir d'affanno, morir d'amore... 
Colui che il ciel mi destinò!

DON CARLO
(Nel delirio)
Qual voce a me dal ciel
Scende a parlar d'amor?
Elisabetta! tu... bell'adorata,
Assisa accanto a me come ti vidi un di!
Ah! il ciel s'illuminò, 
la selva rifiori...!
Ah, mio tesor sei tu...

(Rinvenendo) 

Alla mia tomba, al sono dell'avel 
Sottrarmi perchè vuoi, spietato ciel!

ELISABETTA 
O Carlo!

DON CARLO 
Sotto il mio piè si dischiuda la terra, 
Il capo mio sia dal fulmin colpito. 
Io t'amo, Elisabetta...! 
Il mondo è a me sparito!

(La prende tra le braccia)

ELISABETTA
(Sostandosi con violenza) 
Compi l'opra, a svenar corri il padre 
Ed allor del suo sangue macchiato 
All'altar puoi menare la madre.

DON CARLO
(Retrocedendo atterrito 
e fuggendo disperato) 
Ah! maledetto io son!

ELISABETTA
(Cadendo in ginocchio) 
Ah! Iddio su noi vegliò!


DON CARLOS
(Primero, con calma; después, animándose
gradualmente)
Yo vengo a pedir la gracia de mi Reina.
Aquélla que, en el corazón del Rey, 
ocupa el primer lugar.
Sólo ella podrá obtener esta gracia para mí.
Esta situación es fatal para mí; 
me oprime, me tortura,
como un aciago pensamiento.
¡He de partir! ¡Es menester!
Que el Rey me conceda ir a Flandes.

ISABEL
(Conmovida)
¡Hijo mío!

DON CARLOS
(Con vehemencia)
Ese nombre, no;
aquél, el de la otra vez...!

(Isabel quiere alzarse. Don Carlos, 
suplicante, la detiene.)

¡Desdichado! Ya no rijo... 
¡Piedad! ¡Sufro tanto! ¡Piedad! El cielo avaro 
sólo me ha dado un día de dicha, para
arrebatármelo de inmediato.

(Rodrigo y Éboli atraviesan el 
escenario, conversando.)

ISABEL
(Con emoción contenida)
Príncipe, si quisiera Felipe
oír mi ruego,
para Flandes, de él
su recomendación, en vuestra mano
bien podrías tener, y partir mañana.

(Rodrigo y Éboli se van. Isabel,
con un gesto, dice adiós a don Carlos,
y quiere alejarse.)

DON CARLOS 
¡Cielos! Ni una sola palabra 
para el pobre que se va al exilio... 
¡Ah! ¿Por qué no siento, en vuestro 
corazón, hablar a la compasión?
¡Ay de mí! ¡Esta alma, oprimida, 
este hielo en el corazón...! 
Insano, lloré y recé, en mi delirio, 
deseando una tumba de gélido mármol... 

ISABEL 
¿Por qué, por qué acusar a mi corazón 
de indiferencia? 
Deberíais entender la nobleza de mi silencio. 
El deber, 
como un rayo, cegó mis ojos. 
Guiada por aquel rayo, he de actuar. 
¡Espero en Dios, en la inocencia! 

DON CARLOS
(Con voz moribunda)
Perdido bien, mi único tesoro,
¡ah! tú, esplendor de mi vida, 
oír, al menos, pudiese de nuevo 
esta alma; tus palabras me abren 
el cielo...

ISABEL 
Clemente Dios, el dolor de un corazón 
tan noble, aliviad con el olvido. 
¡Oh, Carlos, adiós! En esta tierra 
viviendo junto a ti, me creería en el cielo!

DON CARLOS
(Exaltado)
¡Oh, milagro! Mi corazón se confío, se consuela;
el recuerdo del dolor se apaga,
el cielo ha sentido piedad de tanto dolor.
Isabel, a tus pies, de amor, yo deseo

(Cae, sin sentido, al suelo).

ISABEL
(Reclinada sobre Don Carlos) 
Cielo santo, la vida les falta 
a éstos sus ojos que tanto han llorado... 
Bondad divina, ¡vamos! Devuelve 
el ánima al noble corazón que tanto sufre... 
¡Ay de mí! El dolor lo mata... 
Entre estos brazos, lo veré 
morir de afán, morir de amor...
¡a él a quien el cielo me había destinado...!

DON CARLOS
(En el delirio)
¿Qué voz, desde el cielo
desciende para hablar de amor?
¡Isabel! ¡Tú, mi bella adorada!
¡Sentada junto a mí, como te vi aquel día!
¡Ah! ¡El cielo se iluminó, 
el bosque reverdecía!
¡Ah! ¡Mi tesoro eres tú...!

(Reponiéndose)

De la tumba, del sueño de la muerte
¿por qué quieres sustraerme, despiadado cielo?

ISABEL
¡Oh, Carlos!

DON CARLOS 
¡Que bajo mis pies se abra la tierra! 
¡Que me fulmine un rayo...! 
¡Yo te amo, Isabel...! 
¡La vida, para mí, se ha terminado!

(La toma por los brazos)

ISABEL
(Soltándose, con violencia)
Cumple tu obra; corre a matar a tu padre
y entonces, manchado con su sangre, 
al altar puedes llevar a tu madre.

DON CARLOS
(Retrocediendo, aterrorizado, 
desesperado, huye)
¡Ah! ¡Estoy maldito!

ISABEL
(Cayendo de rodillas)
¡Ah, Dios ha velado por nosotros!

Don Carlo (VII). Don Carlo desea hablar con su madrastra.

Con la llegada de la Reina todos enmudecen y se rinden ante su autoridad. Inmediatamente aparece Rodrigo con un mensaje para la reina de su madre, con otro oculto de Don Carlo solicitándole una entrevista. Mientras, Rodrigo entretiene a Éboli contándole las nuevas modas de la corte francesa y otros menesteres. La Reina accede a esa entrevista de su hijastro.

Atended a cómo Verdi refleja con su música cada situación, la conversación ligera de Rodrigo y Éboli, el intento de persuasión de aquel hacia la Reina...


De 56.40 a 1.04.40
http://www.youtube.com/watch?v=44MqYQfkU8A&noredirect=1

Don Carlo (VI). Éboli, con parche en el ojo, entretiene a las doncellas. Aria.

La Princesa de Éboli, dama principal del séquito de la Reina, ameniza la estancia del servicio con una canción, la del velo, otra de los fragmentos más populares de Don Carlo.

Éboli ama también a Don Carlo, como la Reina, y aquí tenemos otro elemento de conflicto que va a conducir a la desesperación a los protagonistas. Queremos una mezzo con carácter y voz ancha, poderosa, cálida y dominante.




De 48.45 a 56.10. Grace Bumbry, dirige Levine


Fiorenza Cossotto.


Dolora Zajic


¿Con cuál os quedáis?


lunes, 21 de octubre de 2013

Don Carlo (V). Monasterio de Yuste. Dúo de la amistad.

Acto II (Acto I en la versión italiana de 4 actos).

En el Monasterio donde yace Carlos V, abuelo de nuestro protagonista, unos monjes honran su memoria rezando y cantándole. El Infante acude allí horrorizado por su situación sentimental, y se encuentra con Rodrigo, un amigo de la infancia, quien trata de consolarle y de insuflarle ánimos. Le aconseja que vaya a Flandes, donde el ejército español está sometiendo duramente al pueblo flamenco y luchar de parte de éstos, para desconectar un poco. Ambos se juran amistad y fidelidad eternas.

Quizá la escena más popular del Don Carlo es precisamente este sensacional dúo, que requiere una entrega y entusiasmo elevados a ambos cantantes.


Bergonzi y Cappuccilli, probablemente Verdi pensó en voces como las suyas para componer este dúo
http://www.youtube.com/watch?v=Gc_klP5g0os&noredirect=1

También casan maravillosamente las voces de Plácido y Sherrill, en plenitud. Dirige Giulini.
http://www.youtube.com/watch?v=toHDnM9EC6o

De una generación anterior, los inmortales Tucker y MacNeil
http://www.youtube.com/watch?v=Uf9Wv3Jgy7U


Plácido ejecuta un Acto II brillante, tanto vocal como escénicamente, y el barítono, Quilico, está claramente por debajo aunque al menos no es desagradable. Teniendo en el 83 a tantos barítonos en buena forma como Cappuccilli, Bruson, Milnes, Zancanaro, Nucci...y coger a éste, no se explica del todo.
De 33.30 a 48.30.
http://www.youtube.com/watch?v=44MqYQfkU8A&noredirect=1

Don Carlo (IV). Elisabetta NO será esposa de Carlo.

Tras el enamoramiento y la felicidad de Carlo y Elisabetta, todo se trunca por el mensaje del pajecillo de la Princesa, que le comunica que será esposa de Felipe II y no del Infante Carlos, por lo tanto futura Reina de España. Este anuncio deja a ambos petrificados, gélidos, aunque ella se ve obligada por las circunstancias a aceptar el enlace. Carlos se queda descompuesto.

Tenemos un conjunto ,con coro, liderado por las voces de la pareja protagonista, grandioso, monumental, muy al estilo francés.


De 25.10 a 33.00. Misma producción de John Dexter en el Met con Plácido y Mirella. Qué gozada también la orquesta y el coro, hacen vibrar al respetable.
 http://www.youtube.com/watch?v=44MqYQfkU8A&noredirect=1

viernes, 18 de octubre de 2013

Don Carlo (III). Encuentro casual de Carlos e Isabel en el bosque. Dúo tenor-soprano


Oh casualidad casualidad, la princesa Isabel y su paje Tebaldo se han perdido por el bosque y encuentran a Don Carlos, quien dice ser un miembro del séquito español. El paje va en busca de ayuda, dejando "solos"a los recién conocidos.

A ella le entristece abandonar su país para casarse, a lo que Carlos aprovecha para darle ánimos y regalarle un pequeño cofre con un retrato de parte del Infante Don Carlos. Isabel lo entiende todo cuando relaciona la foto con su cara. Se oye un cañonazo del castillo, que lo interpretan como signo de fiesta.


Tenemos aquí un dúo maravilloso, con melodías maduras aunque tradicionales, juveniles, luminosas, frescas, de enamoramiento, muy distinto a los otros dos dúos tenor-soprano. 



De 14.20 a 25.10. en este DVD referencial, Plácido nos brinda un Don Carlo en plenitud, rico en matices, expresivo y entregado. Freni, en contra de lo que podría parecer por su condición de lírica, canta una Isabel hermosa y radiante, majestuosa y sutil, con una línea de canto, como siempre, italianísima.


La "cabaletta" con el estratosférico e inigualable Bergonzi con la gran señora que es Tebaldi, aunque ya algo ajada, conserva ese estilo único. Dirige quien sólo podría hacerlo así, Georg Solti.

De nuevo Plácido, 13 años antes, mejor de voz incluso, con otra de las grandes Isabel, Montserrat Caballé en absoluta plenitud, con unos pianissimi de los mejores, delisiosa e irresistible. Una de las mejores grabaciones tanto de él como de ella, dirigida por Giulini en 1970. Estudio.


Don Carlo (II). Hace frío en los bosques franceses. Aria de Don Carlo

Acto I (versión de 5 actos en italiano). Estamos en Fontaineblau, Francia, sobre 1560.
En el bosque, los leñadores se quejan del frío y las penurias que sufren, y al momento aparecen unos cazadores persiguiendo a un ciervo seguidos por la hija del Rey de Francia (Isabel) y su cortejo. Isabel da como puede ánimos a los leñadores, que se lamentan del hambre y de la guerra.

Don Carlos, por otra parte, hijo del Rey de España Felipe II, se encontraba escondido entre los árboles para observar sin ser visto a Isabel. Ha llegado desde Madrid contra los deseos de su padre para encontrarse con ella, su prometida, a la que no conoce. Flechazo súbito, y aria de Don Carlo, como está mandao (io la vidi...), juvenil, serena y al mismo tiempo ardorosa.




Hasta 14.15. Plácido, en esta magnífica producción del Met con Levine a la batuta en 1983.


Bergonzi, Carlo, como el personaje que da nombre a esta gran ópera.

Corelli


Bjorling, que canta una versión diferente, parece que en italiano aunque por la difusa dicción del sueco a veces puede uno dudar. Brillante.

Plácido cantando la versión francesa, con Abbado a la batuta

24ª Don Carlo. La más lograda ópera de Verdi.

Don Carlos es una "Grand Opéra" en 5 actos, con libretto en francés de Joseph Méry y Camille du Locle a partir de la tragedia de Schiller "Don Carlos, infante de España" estrenada en Hamburgo en 1787.

Primero se estrenó en París el 11 de marzo de 1867, cuando mi amigo Adrián cumplió -122 años (qué joven debía ser por entonces). Seguidamente, para su estreno en Italia, fue traducida y reformada unas 7 veces hasta la versión "definitiva" en 4 actos que se estrenaría en La Scala el 13 de marzo de 1884, aunque tradicionalmente se suele representar en italiano y en 5 actos (versión de Módena de 1886). Verdi, realmente, a diferencia de las reformadas "Macbeth", "Simon Boccanegra" y "La Forza del Destino", no fijó una versión definitiva.

Superadas las reticencias iniciales para componer para la Ópera de París, porque Verdi no olvida lo que sucedió en los ensayos de Vespri (aquella soprano que se fugó a la Costa Azul sin avisar, entre otros imprevistos), decidió acudir allí ya que el libreto propuesto le interesaba, Giuseppina deseaba volver a París, aburrida de la provinciana vida de Busseto, y quizá Verdi quería darse el gusto de desafiar a la "joven escuela milanesa" que por aquellos años 60 surgía contra la música italiana y por ende con ideas progermánicas.

Se instalaron pues en París una temporadita, si bien como dice el refrán, "las cosas de palacio van despacio y prefirieron regresar hasta nuevo aviso.

En el estreno, plagado de autoridades de todos los sectores, el público no fue más que amable, desinflando las altas expectativas del Maestro. La crítica apuntó de manera muy heterogénea, algunos criticando su tradicionalismo italiano, otros ensalzando su modernidad.

Don Carlo es y probablemente siempre será una de las 3 ó 4 óperas de Verdi más queridas por los aficionados, no sólo verdianos sino también tomada en alta consideración por aquellos más afines a la ópera germana: por la dificultad para encontrar 6 cantantes de altura (tenor, soprano, mezzo, barítono, 2 bajos), su riqueza melódica y orquestal, la tensión de la trama, la perfecta unión de música y texto, la complejidad de su puesta en escena, su larga duración...y por ello no se representa todo lo que nos gustaría.

Iremos desgranando la música, el argumento y los personajes como siempre a lo largo de casi 3 semanas, pero hoy os dejo este fragmento de la serie italiana Verdi, con voz en español, que me la regalaron con ración doble Laura y Adrián, y Carlos y Mari Carmen.


martes, 15 de octubre de 2013

La Forza del Destino (XX). Discografía recomendada.

1. Leonora: Renata Tebaldi
    Alvaro: Mario del Monaco
    Carlo: Aldo Protti
    Padre Guardiano: Cesare Siepi
    Preziosilla: Fedora Barbieri
    Melitone: Renato Capecchi
    Dirige Dimitri Mitropoulos. Directo. 1953
Le tengo especial cariño a esta grabación, no sólo por ser, si no la mejor, una de las mejores, sino porque es un directo desde Firenze y porque fue mi regalo de cumpleaños del año pasado, de parte de Hervé.
A pesar de la mala calidad de sonido, es la noche de Tebaldi, purísima, inmaculada. Del Monaco, con su agresividad y poderío, se luce que da gusto. Protti está algo por debajo pero cumple. Siepi ES Guardiano. Barbieri aparece excelente como Preziosilla, y Capecchi está plenamente en su sitio como bajo buffo. Hay algún pasaje en el que no coordinan orquesta y cantantes, pero no empaña una de las grandes noches de ópera del Maggio, cuando era el Maggio, allá por 1953.


2. L: Tebaldi
    A: Del Monaco
    C: Ettore Bastianini
    PG: Siepi
    P: Giulietta Simionato
    M: Franco Corena
Dirige Francesco Molinari-Pradelli. Estudio. 1955.
Tebaldi, sin la magia del directo, canta una Leonora igualmente de muchos quilates, y lo mismo sucede con Del Monaco. El barítono, Bastianini, mejora por mucho al anterior (Protti), y Siepi vuelve a dar testimonio de su grandeza y autoridad. Simionato está francamente bien, y no tanto Corena, que cumple. Molinari dirige con corrección. Buen sonido.

3. L: Leontyne Price
    A: Richard Tucker
    C: Robert Merrill
    PG: Gabriele Tozzi
    P: Shirley Verret
    M: Ezio Flagello
Dirige Thomas Schippers. 1965.
Price, como a veces os he mostrado, debe estar en el podio de las Leonoras, pero en sus mejores años. Tanto en las arias como en los dúos expone su voz arrolladora y sensual. Tucker está ya algo madurito aunque siempre entregado y enérgico. Merrill, como es habitual, algo monótono. Verret es quizá la mejor Preziosilla, y Flagello y Tozzi cumplen. Otro atractivo, además del reparto femenino, es la batuta nerviosa y brillante de Schippers, llena de colorido. Buen sonido

4. L: Mirella Freni
    A: Plácido Domingo
    C: Giorgio Zancanaro
    PG: Paul Phliska
    P: Dolora Zajic
    M: Sesto Bruscantini
Dirige Muti. Estudio. 1986.
Reparto muy equilibrado, aunque quizá no sea lo mejor Mirella Freni, excelsa soprano, pero no es éste su papel pues requiere más metal. Plácido sí está en todo su esplendor, como Zancanaro, que con Muti es aún mejor. Phliska canta muy bien, como Zajic, con Verret, una de las Preziosillas destacables. Bruscantini, ya madurito, se luce a lo grande con un papel que le va que ni pintado. Muti realiza uno de sus mejores trabajos orquestales, fogoso, mediterráneo, brillante.

5. L: Martina Arroyo
    A: Carlo Bergonzi
    C: Piero Cappuccilli
    PG: Ruggero Raimondi
    P: Casoni
    M: Evans
Dirige Gardelli. Estudio. 1969.
No he escuchado a fondo esta grabación, sólo por Spotify (como las 2 siguientes), aunque sólo por el reparto merece la pena que me la compre próximamente, ya que nadie me la ha regalado. Bergonzi da lecciones al resto de tenores sobre lo que es cantar Alvaro, y Arroyo acierta con un estilo y comedida interpretación plenamente adecuados. Cappuccilli se expresa mejor en directo que en estudio, si bien es imposible esconder su sangre verdiana. Raimondi algo ligero vocalmente para el Guardiano. Gardelli dirige bien. Buen sonido.

6: L: Leontyne Price
    A: Plácido Domingo
    C: Sherrill Milnes
    PG: Bonaldo Giaiotti
    P: Fiorenza Cossotto
    M: Gabriel Bacquier
Dirige Levine. 1976
Price no está tan soberbia como con Schippers (han pasado 11 años), pero Domingo aquí mejor que con Muti. Los medios vocales de Milnes no tienen parangón, y nos lo demuestra. Bastante bien el resto.

7: L: Gorchakova
   A: Grigorian
   C: Putilin
   PG: Kit
   P: Borodina
   M: Zastavni
Dirige Gergiev. 1995
Resulta curiosa esta grabación porque es la original, de 1862. El reparto femenino es destacable, no así el masculino. Magnífico Gergiev, como es habitual


Suma y sigue...


¿Mi reparto favorito para una Forza? Veamos...
Leonora: Tebaldi
Alvaro: Bergonzi
Carlo: Milnes o Warren
Guardiano: Siepi
Preziosilla: Verret
Melitone: Bruscantini
Dirige Muti. Estudio.
Pero los sueños, sueños son...

domingo, 13 de octubre de 2013

La Forza del Destino (XIX). Leonora sube a los cielos entre violines verdianos. Trío Final

Álvaro consigue vencer a Carlo en el duelo, dejándolo gravemente herido. Aparece por allí Leonora turbadísima, encontrándose casualmente con Álvaro, que le cuenta todo, que ha matado a su hermano y demás. Pero mirad la escena, que parece muy forzada, porque cuando Leonora se dirige hacia su hermano, éste le apuñala y la deja a punto de morir. Sube a los cielos, bendita por el Padre Guardiano, con unos violines finales que dan escalofríos y un nudo en la garganta. Es Dios, que abre los cielos.

En la versión original de 1862 y en la obra de teatro muere Álvaro también, pero Verdi considera que son demasiadas muertes seguidas y prefiere salvar al tenor, aunque con un destino cruel.

De 28.05 a 37.00 Giacomini, Price y Giaiotti, dirige Levine. Escena y subtítulos en español.


Plácido, Freni y Phliska. Dirige Muti.


El Trio Final original:
Giuseppe Verdi: La forza del destino - Original St.Petersburg version - Act 4 - "Miserere mei Deus" by Giuseppe Verdi, Mikhail Kit, Georgy Zastavny, Gegam Grigorian, Valery Gergiev


La Forza del Destino (XVIII). Pace pace mio Dio. Aria de Leonora.

Leonora, en la cueva donde estableció voluntariamente su residencia, pide paz y ayuda al Señor con todas sus fuerzas y piensa que no va a volver a ver a Álvaro. Está muy en sus cosas hasta que unos ruidos extraños le alteran: alguien ha profanado su santo lugar.

El leimotiv de Leonora vuelve a aparecer, y no sé a vosotros, pero me recuerda al viento, un viento que no trae nada bueno.

Mi Leonora, la Tebaldi, una vez más demostrando por qué fue quien fue.


La Price en sus mejores momentos, los 60, en dos brillantes grabaciones: la primera en estudio...
...y en directo

Martina Arroyo, más elegante que la Price aunque sin sus seductores medios.

Montse, con su magia habitual.


Maria Callas

Y hay muchas más: Aprile Millo, Ghena Dimitrova, Zinka Milanov, Anita Cerquetti, Mirella Freni...

La Forza del Destino (XVII). ¡Pelea, pelea! Tronchón

Noche cerrada en el santuario. Un taciturno caballero se presenta en el lugar y le abre Melitone, que tiene algo de miedo por la actitud de Don Carlos.

Han pasado 5 años desde aquella batalla, y Don Álvaro se ha puesto los hábitos, razón por la cual no muestra excesivo interés en luchar, ni siquiera en discutir, con su rival. Se defiende, exculpándose a sí mismo y a Leonora, pero Carlos insulta su honor, provocándole para un duelo, que acaba con la muerte de Carlo (ya veremos que en realidad no es así). La tensión dramática va a estallar, si no lo ha hecho ya, de un momento a otro.

Tercera y última de las escenas con tenor y barítono mano a mano, siendo esta la más violenta, y no es necesario entender el texto para comprobarlo, pues la orquesta y la prestación de los cantantes tan agresiva, sobre todo en el último minuto, nos lo muestra.

El tema principal, os sonará, es uno de los empleados por Verdi en su gran obertura.

Bergonzi y Cappuccilli priman el estilo y fraseo como ningunos. Esto es Verdi, señores.
La forza del destino, Atto Quarto: Le minnaccie, i fieri accenti...(Alvaro/Carlo) by Royal Philharmonic Orchestra, Lamberto Gardelli, Piero Cappuccilli, Carlo Bergonzi

De 11.35 a 21.40. Giacomini y Nucci.
http://www.youtube.com/watch?v=PrwVMEXX9kE&list=RD21fVpAo88etiA

Vaya lío se hacen en el minuto 5 Mario del Monaco y Aldo Protti!! Genial absolutamente el resto. Cosas del directo.
Act IV: "Le minacce, i fieri accento" by Dimitri Mitropoulos

Plácido y Sherrill, materiales de primera categoría.
La Forza del Destino - Highlights: Le minacce, i fieri accenti by Plácido Domingo, Sherrill Milnes, James Levine, James Levine
La Forza del Destino - Highlights: Ah, una suora me lasciasti by Sherrill Milnes, Plácido Domingo, James Levine, James Levine




Y el queso de hoy, Tronchón, de Castellón, con una forma especial. Lo llevé ayer a la familia Navarro y gustó a la mayoría.


jueves, 10 de octubre de 2013

La Forza del Destino (XVI). 200!!

En el Acto IV volvemos a Sevilla, donde los pobres esperan a Melitone para pedirle alimento y limosna, pero le exasperan cuando empiezan a echarle en cara que prefieren al padre Raffaele antes que a él (que le precedía en este asunto de la caridad). Lo cabrean aún más hasta que explota, y les manda al diablo como mínimo.

Seguidamente vuelve el Padre Guardiano a recriminarle su actitud, que no tiene paciencia ni tacto con los pobres, que la caridad no se predica con su comportamiento...

Aquí vemos el contraste entre los dos frailes, el serio y el bufo, que mantienen planteamientos muy opuestos en cuanto a las relaciones con los demás. Melitone es el primer bajo buffo de relevancia creado por Verdi, al que le seguiría el último, Falstaff, éste sí protagonista de la ópera homónima. El personaje de buffo ya resultada caduco y trasnochado desde el genial Don Pasquale de Donizetti (1843) y Verdi quiso aquí darle un cierto homenaje.

Hasta 11.25
http://www.youtube.com/watch?v=PrwVMEXX9kE&list=RD21fVpAo88etiA

Sesto Bruscantini, el Melitone por excelencia, a las órdenes de Muti.

La forza del destino, Act IV: Auf! Pazienza non v'ha besti! (Fra Melitone/Padre Guardiano) by Paul Plishka, Orchestra Del Teatro Alla Scala, Milano, Riccardo Muti, Sesto Bruscantini


Como bien sabéis los seguidores, más o menos frecuentes, del blog, hoy Verdi cumple la friolera de 200 años. Por toda Italia o buena parte de ella se ha ido celebrando, de una u otra forma, el bicentenario. Lástima que en España no se tenga en cuenta lo suficiente, ni siquiera en los medios de comunicación públicos (no he escuchado ni una mención en el Telediario de la 1), sí en Herrera en la Onda, donde ha sido el protagonista de la adivinanza musical.

Debido a mi estudio y por consiguiente mi horario limitado, no he tenido la posibilidad de plantear algún viaje verdiano u otro plan especial Sí lo he celebrado como buenamente he podido,escuchando algo de Verdi como hago a diario, con mi camiseta puesta, mi busto de Verdi siempre delante, y también he pasado una magnífica tarde jugando al ajedrez con Javier y el busto de Verdi, aunque he perdido las 3 partidas...Otra vez será!

Viva VERDI, que nos hace la vida más agradable, con esa mediterraneidad y nervio que hoy no se estila. Gracias eternamente, Maestro. Gracias.

La Forza del Destino (XV). Rataplán, rataplán, rataplán.

Fiesta en el campamento de los españoles, con Preziosilla, Fra Melitone, Trabucco y todo el pueblo, que por lo visto han ido hasta allá para infundar ánimo a sus tropas. Este cuadro se compone de miniescenas de situaciones (Trabucco comprando joyas, pobres pidiendo comida, jóvenes soldados apenados por haber dejado atrás a sus familias y amantes, bailes diversos...) con dos de ellas que sobresalen de alguna manera: el alegato gruñón de Melitone contra todas las malas costumbres de la gente de allí, muy divertido si se interpreta bien, y el aria de Preziosilla, el famoso "Rataplán" que más de un aficionado detesta pero que yo le tengo simpatía. 

Mi querida amiga Sira, bilbaína de la familia de los Pedroche y residente en Sevilla, podría interpretar perfectamente este singular personaje por sus apropiadas cualidades "ligeras y bufas" en una producción que podríamos hacer en Sevilla de la Forza cuando tengamos algo de presupuesto, si nos dejan. No requiere tampoco demasiada presencia, pues sólo aparece algo en el Acto II y este pequeño fragmento en el III. Si se canta con garbo y adecuada línea de canto, agilidades incluidas, puede alegrar la noche a más de uno.

De 29.40 a 47.00

Aquí Preziosilla es Agnes Baltsa, siempre salerosa

Fedora Barbieri, excelente aunque por el sonido no podamos apreciarla en su plenitud



Aquí algo de las quejas de Melitone (el mejor Melitone, Sesto Bruscantini) y seguida el Rataplán con Dolora Zajic, dirigidos por Muti


martes, 8 de octubre de 2013

La Forza del Destino (XIV). Feroz dúo entre Álvaro y Carlos

Alguna semana después, cuando Álvaro está más fresco que una lechuga, se tropieza con Carlos, que ya va a lo que va, si bien entra suave para no ahuyentar a la presa. Álvaro se mosquea un poco por el hecho de que Carlos abriera el cofre, y empieza el lío, desenvainan las espadas aunque sin rozarse. Llega la guardia a tiempo y detiene a Carlos, ya que Álvaro es capitán. Ved la escena con los subtítulos que lo vais a entender mejor.

El breve coro masculino que antecede al dúo.



De 47.15 al final. Giacomini y Nucci (subtítulos en español).


A un nivel algo superior a mi entender, Carreras y Cappuccilli.

También superiores Plácido y Milnes, creo que un tono más grave de lo normal

Además de Del Monaco y Warren. (Los grandes también se equivocan, por el minuto 2.30)

La Forza del Destino (XIII). Don Carlo da con la tecla y va decidido a matar. Aria.

Carlo teme por la vida de su amigo, que tan valiente era y a pesar de ello morirá justamente. Pero empieza a plantearse determinadas cuestiones, empezando por el rechazo de su amigo al nombre de Calatrava, el de su padre, como si fuera una deshonra que le otorgaran su Cruz como mérito. Ahora bien, Carlo le ha jurado que no abrirá el cofre y así en el aria (Urna fatale...) intenta deshacerse de sus malos pensamientos porque podría estar confundiéndose de persona y no ser su más fiero enemigo. Le dura poco esa promesa no pudiendo resistir la tentación de abrir el pliego. Encuentra la foto de Leonora y la reacción es muy agresiva, coherente en Carlo. Y no sólo. Cuando le anuncian que Álvaro vive, a nuestro Carlo le ha tocado la lotería, pues no quiere que muera sino matarlo con sus propias manos. Evidentemente, aquí toca una cabaletta bien enérgica y violenta, que nos recuerda felizmente a otros tiempos en Verdi. Tanto el recitativo como el aria y la cabaletta son de una belleza irresistible, y no resulta fácil su canto ni su interpretación, requiriendo un barítono brillante con voz ancha, fuerza y carácter. 


Concretamente es esta el aria que da mal fario, más desde el 4 de marzo de 1960 cuando el maravilloso barítono Leonard Warren murió de un infarto mientras la cantaba, antes de comenzar la cabaletta. Tenía como compañeros de reparto nada más y nada menos que a Renata Tebaldi y Richard Tucker. Por ello y porque era uno de sus papeles frecuentes y solicitados, se le asocia a Warren con el personaje de Carlo di Vargas. Para más señas, el recitativo comienza con la frase "Morir, tremenda cosa...".


Sherrill Milnes, que pone al Met a sus pies con esa voz privilegiada que el Señor le dio y su entrega particular, coronando con un agudo de los que ya no existen. Bravo Sherrill

Por si os molesta el mal sonido, escuchadlo en estudio aquí.

Zancanaro, con un timbre algo criticado aunque no será por mí, que me parece muy sólido y atractivo, con acentos incisivos y plenamente dentro de estilo, apropiadísimo para este tipo de papeles. Dirige de una manera brillante y arrebatada el Maestro Muti.
La forza del destino, Act III: E s'altra prova rinvenir potessi? (Don Carlo di Vargas/Un Chirurgo) by Giorgio Zancanaro, Orchestra Del Teatro Alla Scala, Milano, Riccardo Muti, Frank Hadrian


Leo (otro Leo) Nucci, lo mejor del reparto de esta en general floja Forza del Met de 1984, con un agudo notable. El Met de rodillas. De 21.25 a 29.25 (subtítulos en español).


Bastianini, seco y firme como Carlo requiere.


Cappuccilli en estudio porque no me han convencido las que están en youtube. Es sin duda uno de sus papeles estrella.