martes, 31 de diciembre de 2013

Fin del trayecto.

He cumplido mi compromiso. Aunque a trompicones en la última fase, he logrado mostraros todas las óperas de Verdi, si bien no el conjunto de su obra. Era mi objetivo, maridándolas con quesos, mi alimento fetiche por excelencia.

¿Por qué Verdi?

Porque Verdi te conforta, te abriga en las noches frías, te consuela ante la tristeza o la apatía, te saca lo mejor de ti, te aporta energía, electricidad, drama, te disipa los malos pensamientos, te mima como a un niño, se interesa por ti, hace que los buenos momentos que vives se conviertan en algo apoteósico. Verdi nunca te abandona, es un amigo de los de verdad.

Es por ello que aun construyendo y desarrollando este blog, diseñando mi famosa camiseta, escuchando Verdi a diario marginando a otros grandes compositores (aproximadamente será el 80% de la música que he escuchado este año), asistiendo a los mejores eventos verdianos (dentro de mis posibilidades) de España y de Italia, divulgando Verdi entre mis allegados, sustituir a San José en el Belén por el Maestro, no me siento satisfecho. Verdi se merece más de lo que he podido, o se me ha ocurrido, brindarle a modo de homenaje. Al mismo tiempo, a nivel mundial no se han colmado mis expectativas. Ha faltado una película basada en Verdi a lo grande, como la tuvo Mozart, y sobre todo una apuesta por sus óperas menos concurridas, que han vuelto a ser olvidadas en pro de los Rigoletto, Traviata y Aida de siempre. ¿Para qué ha servido entonces el año Verdi, que tanto esperábamos, si no se ha aprovechado con el fin de programar Attilas, Lombardis, Foscaris, Giovannas, Vespris y Forzas por doquier, relegando a las óperas más vistas, con repartos de lujo? Quizá se ha optado por lo seguro, por lo fácil, por lo que ya está hecho y reciclado. Una pena, porque Verdi no se reduce a 5 ó 6 óperas.

Volviendo al blog, he de incidir que otro objetivo no alcanzado no es sino haber pretendido enfocar el blog más hacia la conversación que hacia el monólogo. Agradezco a los lectores que me hayan seguido, y al mismo tiempo lamento no haber conocido sus preferencias, sus puntos de vista, sus sugerencias. Apenas he recibido comentarios de algunos grandes amigos y familiares, que en general nunca hablaban del fragmento concreto que tocaba ese día, ni de lo que había escrito, sino de otro asunto no relacionado con Verdi. Agradezco a ellos, no obstante, haber mostrado interés por los quesos.

Y si el bicentenario verdiano acaba aquí, os recuerdo que Verdi no ha muerto. Vive en los teatros CDs, en los iPod, en nuestra memoria. Yo estoy dispuesto a seguir defendiendo la música de Verdi allí donde vaya. Nunca me quedaré sin fuerzas.

Gracias Verdi. Gracias.

Viva VERDI!

Falstaff (V). Discografía recomendada (por Fernando Fraga, no por mí)

No conozco bien Falstaff, todo hay que decirlo, sólo la habré escuchado completa 2 veces, y únicamente cuento con una grabación.
No obstante, según el libro de discografía de Fernando Fraga, aparecen como más destacables las siguientes:

1. Falstaff: Giuseppe Valdengo
    Ford: Guarrera
    Fenton: Madasi
    Alice: Herva Nelli
    Nanetta: Stich-Randall
    Quickly: Elmo
Dirige Arturo Toscanini, 1950. Mono

2. F: Tito Gobbi
    F: Rolando Panerai
    Fenton: Luigi Alva
    A: Lisa Schwarzkopf
    N: Anna Moffo
    Q: Fedora Barbieri.
Dirige Karajan, 1956. ADD

Y una más moderna...
3. F: Renato Bruson
    F: Leo Nucci
    Fenton: González
    A: Katia Ricciarelli
    N: Barbara Hendricks
    Q: Lucia Valentini-Terrani.
Dirige Giulini, 1982. DDD

Falstaff (IV). Acto III

Cuadro I.
Exterior de la taberna.
En un estado de ánimo sombrío, Falstaff maldice el lamentable estado del mundo. Sin embargo, un ponche caliente de vino y especias mejora su ánimo. Alice revela al marido la verdad y todos - varones y mujeres - se confabulan para jugarle a Falstaff una última y espectacular burla: la comadre Quickly acusa a los criados de lo que le había ocurrido y lo convence a encontrarse en una segunda cita con Alice y Meg, a medianoche, en el parque Herne's Oak, vestido como Herne el Cazador, esto es, el Cazador Negro. Aunque al principio duda, Falstaff promete ir. Entra en la casa con la señora Quickly, y los hombres y las mujeres planean su castigo.

En el reparto de roles, a Nannetta le toca la Reina de las hadas, y el padre pretende aprovecharse de la confusión para desposarla con el viejo Dr. Cajus; mientras explica en voz baja al doctor, indicándole también el traje que deberá usar, es oído por casualidad por Mrs. Quickly, que inmediatamente advierte a la joven.
Cuadro II.
Herne's Oak en el parque de Windsor a medianoche, a la luz de la Luna.
Fenton llega al roble y canta sobre su felicidad (Dal labbro il canto estasiato vola / "De mis labios, sale volando mi canción de éxtasis") acabando con "Labios que son besados no pierden nada de su atractivo". Entra Nanetta para acabar el verso con "De hecho, lo renuevan, como la luna". Las mujeres llegan y disfrazan a Fenton como un monje, diciéndole que han arreglado las cosas de manera que harán fracasar los planes del doctor Caius. Nanetta, interepretando el papel de Reina de las Hadas, instruye a sus ayudantes (Sul fil d'un soffio etesio / "En brazos de una brisa fragante...") antes de que todos los personajes lleguen a escena..

Pero el encuentro galante de Falstaff con la señora Ford se ve interrumpida por el anuncio de que se acercan las brujas, y los hombres, que están disfrazados como elfos y hadas. Disfrazados de criaturas fantásticas, todos los habitantes de Windsor envuelven al seductor, mientras una ronda de hadas y duendes (los niños de Windsor) lo atormenta y lo incita a confesar sus pecados. Finalmente Falstaff reconoce al sirviente Bardolfo y comprende que ha sido engañado una vez más, pero reconoce que ha recibido lo que se merecía.
Ford anuncia que se va a llevar a cabo una boda (una segunda pareja "por coincidencia" pide que se les case en aquel momento también) y el doctor Caius se encuentra con que, en lugar de Nannetta, se ha casado con Bardolfo que está vestido con el mismo disfraz de Reina de las Hadas que Nanetta y Ford sin pretenderlo ha casado a Fenton y Nannetta. La ópera así finaliza con alegría: Ford se resigna y consiente el matrimonio de Nannetta y Fenton e invita a todos a una cena; y Falstaff, encantado con el hecho de no ser el único engañado, proclama en una fuga, que todo el mundo canta, la moraleja de la historia: «Todo en el mundo es burla» (Tutto nel mondo è burla... Tutti gabbati! / "Todo en el mundo es burla.. ¡Todos engañados!").


De 1.22.30 al final.


Ehi taverniere, cantada por Ambrogio Maestri.

Dal labbro il canto stasiato vola, cantada deliciosamente por Juan Diego Flórez como Fenton. Al final es interrumpido, como signo de que este tipo de arias entorpecen el devenir de la trama como así se entendía a finales del XIX.


Sul fil d'un soffio etesio, aria de Nanetta, cantada por Inva Mula, dirige Muti


Y aquí, Mariola Cantarero, dirigida por Zubin Mehta

Falstaff (III). Acto II

Cuadro I.
Taberna de la Jarretera.
Bardolfo y Pistola (ahora al servicio de Ford), fingen rogar el perdón por sus pasadas transgresiones, anuncian a su maestro la llegada de la señora Quickly, quien le da un mensaje de Alice: la dama ha recibido la carta y lo espera en su casa «entre las dos y las tres», la hora en la cual el marido está ausente. Ella también le da una respuesta por la señora Page y asegura a Falstaff que ninguna es consciente de la invitación de la otra. Falstaff celebra su próximo éxito (Va, vecchio John / "Ve, viejo John, sigue tu camino").

Luego que la señora Quickly ha partido, se presenta Ford, bajo el nombre falso de Señor Fontana, ofreciéndole dinero a Falstaff que recurra a sus renombradas artes amatorias para conquistar a la señora Ford. Falstaff queda sorprendido por la petición, "Fontana" le dice que si la señora Ford ha perdido ya su virtud, accederá finalmente entregarse a él también. Falstaff naturalmente acepta, seducido además por la oferta de una rica paga, y asegura al falso señor Fontana que en media hora, ni bien su marido haya salido de casa, Alice caerá entre sus brazos. Por lo tanto va a vestirse y a embellecerse para la cita romántica.
Mientras se viste en sus ropas más fastuosas, Ford se siente consumido por los celos (È sogno o realtà? / "¿Es un sueño o realidad?"), después decide irrumpir en su propia casa con sus hombres para sorprender a los adúlteros.
Cuadro II.
Salón de casa de Ford.
Las tres mujeres traman su estrategia (Gaie Comari di Windsor / "Alegres comadres de Windsor, ¡ha llegado el momento!"). Nanetta también averigua que su padre planea casarla con el doctor Caius, pero todas las mujeres declaran que eso no ocurrirá. La señora Quickly anuncia la llegada de Falstaff, la señora Ford ha preparado con antelación una gran canasta. Los intentos de Falstaff de seducir a Alice con cuentos sobre sus glorias pasadas (Quand'ero paggio del Duca di Norfolk / "Cuando yo era paje del duque de Norfolk...") se ven cortadas en seco, en cuanto la señora Quickly avisa de la llegada del señor Ford.

Cuando el enojado Ford y sus amigos aparecen con la pretensión de pillar a Falstaff con las manos en la masa, se esconde primero detrás de una pantalla y luego las damas esconden al caballero en la canasta. Mientras tanto, Fenton y Nannetta se han escondido detrás de la pantalla. Al regresar de su búsqueda de Falstaff, los hombres oyen un beso detrás de la pantalla. En lugar de encontrarse con Falstaff, Ford descubre a su hija Nannetta besándose con Fenton. Ford le ordena que se vaya, y mientras tanto Falstaff se ha estado quejando de que él está sudando demasiado dentro de la canasta. Cuando los hombres de nuevo emprenden la búsqueda, las mujeres ordenan que tiren el canasto a una zanja, a través de la ventana, entre medio de las risas de todos los presentes.

De 34.50 a 1.21.50

È sogno o realtà, aria de Ford, aquí cantado por Leonard Warren.

Va, vecchio John, cantada por Tito Gobbi

sábado, 28 de diciembre de 2013

Falstaff (II). Todos contra Falstaff. Dúo "decadente" de Fenton y Nanetta.

Acto I. Cuadro II.
Jardín de los Ford.
Alice y Meg han recibido las dos cartas idénticas de Falstaff. La circunstancia provoca desdén y gracia en Alice y Meg, por lo que, junto a la sirvienta Quickly y a Nannetta (la hija de Alice, enamorada del joven Fenton, pero comprometida por su padre con el pedante Doctor Cajus), deciden burlar al insolente caballero, tal que no le queden ganas de comportarse como ardiente seductor.

Por otro lado, el señor Ford y el doctor Cajus han sido informados por los sirvientes de Falstaff de las intenciones del patrón. Los tres desean vengarse. Encontrándose a solas por una vez, le sigue un breve dúo de amor entre Fenton (un empleado de Ford) y Nannetta. Las mujeres regresan a casa y le piden a la señora Quickly que invite a Falstaff a un encuentro con Alice. El hombre también llega a la escena, y Bardolfo y Pistola son persuadidos para presentar Ford a Falstaff, pero bajo un nombre falso.


De 18.30 a 34.55. Subtítulos en español.

De 24.30 a 30.05. Flórez y Mula, dirige Muti, en el mini teatro de Busseto, 2001, con la producción de 1913 que representaba por primera vez la ópera en Busseto con motivo del centenario del nacimiento del Maestro. El dúo tenor-soprano supone una vuelta al pasado por su lirismo y deliciosa línea melódica que como percibís no es el eje de Falstaff. El dúo es interrumpido dos veces, hecho del que podemos deducir que el dúo ya "estorba" y entorpece la acción de la ópera.

26ª. Falstaff. Verdi se ríe de sí mismo. El honor, el honor...

Falstaff es una commedia lirica operística en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Arrigo Boito, basado en la pieza The Merry Wives of Windsor (Las alegres comadres de Windsor) y con escenas de Enrique IV de Shakespeare. Fue estrenada el 9 de febrero de 1893 en el Teatro de la Scala de Milán, con gran éxito.

Cuando todo el mundo daba ya a Verdi por retirado, esta vez sí, tras el APOTEÓSICO estreno de Otello en Milán en 1887, se lanza con el mismo libretista, Arrigo Boito, a componer la que sería su última creación operística: Falstaff. Vuelve a incidir en Shakespeare y en este caso no será el típico drama, quiere poner un broche de oro, un postre vanguardista al menú que nos ha brindado en más de 50 años. Tenemos aquí a una de las comedias operísticas más interpretadas y al mismo ácida y controvertida, no siempre entendida incluso por la afición verdiana más adicta, entre los que me modestamente me incluyo. Verdi rompe moldes, estructuras, melodías, acaba con su propia esencia, con los elementos que lo hicieron el compositor más influyente y poderoso del mundo en toda la segunda mitad del XIX. El Maestro de ríe de sí mismo y acaba con la frase "Todo en el mundo es burla". Desmonta el concepto de "honor", del que dice que no sirve para nada porque no te da de comer, sorprendente teniendo en cuenta que es una de los términos más empleados en todas sus óperas, la columna vertebral de su concepto artístico. 

Soy consciente de que no estoy cumpliendo con mi compromiso a rajatabla por falta de tiempo, que estoy copiando y pegando de Wikipedia, y que Verdi se merece mucho más, como es natural. Me causa mucho fastidio, realmente, el no poderme dedicar a Otello y a Falstaff como lo hice en la mayoría de sus otras obras maestras, pero la falta de tiempo me lo impide, así que en apenas 6 días que restan de año debo inevitablemente condensar Falstaff.

Hasta 17.50. Falstaff es Renato bruson. Dirige Giulini, 1982.

Ambrogio Maestri, de absoluta actualidad en su personaje más demandado.

Tito Gobbi

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Otello (XVI). Discografía recomendada

1. Otello: Mario del Monaco
    Desdemona: Renata Tebaldi
    Yago: Aldo Protti
    Dirige Karajan (1961). Buen sonido. La pareja protagonista está ya madura vocalmente, sin la frescura de las grabaciones de los 50 pero con mayor expresividad y desarrollo de los personajes.

2. O: Plácido
    D: Mirella Freni
    Y: Piero Cappuccilli
    Dirige Carlos Kleiber (1976). Sonido regular. Es justo la que he ido poniendo en vídeo.

3. O: Plácido
    D: Renata Scotto
    Y: Sherrill Milnes
    Dirige James Levine (1978). Plácido y Milnes recrean unos Otello y Yago de referencia, y Scotto, pese a su voz algo estriente en el agudo aporta una caracterización y un fraseo de primerísima categoría.

Otello (XV). Ahora viene cuando la matan.

Silenciosamente entra Otelo con una espada. Besa a su esposa y con ello la despierta. Otelo le pregunta si ha rezado, porque no quiere matar su alma. Ella le ruega piedad a Dios, tanto para ella como para Otelo. Éste la acusa de pecar, diciendo que la tiene que matar porque ama a Cassio. Ella lo niega y le dice que llame a Cassio, pero Otelo le responde que está muerto. Desdémona le pide que se apiade que ella, pero Otelo le dice que es demasiado tarde y la estrangula (Otelo, Desdémona: Diceste questa sera le vostre preci / "¿Has rezado tus oraciones esta noche?").
Emilia llama a la puerta, anunciando que Cassio ha matado a Roderigo. Desdémona suavemente dice que ha sido acusada injustamente, y luego muere. Emilia llama asesino a Otelo; él responde que Yago le dio pruebas de la infidelidad de Desdémona. Otelo empieza a amenazar a Emilia, quien pide ayuda. Entran Yago, Cassio y Lodovico. Emilia exige que Yago niegue la acusación de Otelo; él se niega. Otelo dice que el pañuelo que Desdémona dio a Cassio es prueba suficiente. Emilia, horrorizada, explica que Yago había robado el pañuelo; Cassio corrobora su historia. Montano entra y dice que Roderigo, al morir, reveló el plan de Yago. Yago, blandiendo su espada, se escapa corriendo (Emilia, Otelo, Desdémona, Cassio, Yago, Lodovico, Montano: Aprite! Aprite! / "¡Abrid! ¡Abrid!")
Al darse cuenta de lo ocurrido, Otelo se lamenta de la muerte de Desdémona. Extrae una daga de su ropa y se apuñala. Otros intentan detenerlo, pero es demasiado tarde. Antes de morir, se arrastra cerca de su esposa y la besa. Queda muerto cerca de Desdémona (Otelo, Cassio, Lodovico, Montano:Niun mi tema / "Que nadie me tema".)

De 2.04.40 al final.

Niun mi tema, cantada por Mario del Monaco, en una película llamada "Casa Ricordi" en la que se representa el estreno del Otello en La Scala en 1887, con un anciano Verdi vigilando en su palco.

Ramón Vinay.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Otello (XIV). Gran escena de Desdemona (II).

Montse, antes de ser mundialmente famosa.

Renée Fleming
La Fleming en el Ave Maria.

Renata Scotto

Otello (XIII). Desdemona, desolada, reza. Gran escena (I)

Acto IV
Habitación de Desdémona. Una lámpara iluminada enfrente de una imagen de la Virgen María.
Desdémona y Emilia están preparándose para irse a la cama. Desdémona le pide a Emilia que le ponga el traje que usó en su noche de bodas. Desdémona recuerda cómo su madre tuvo una criada llamada Barbara, quien se enamoró de un hombre pero enloqueció cuando él la abandonó (Desdémona: Piangea cantando nell’erma landa / "Cantando, ella lloraba sobre la tierra yerma", también conocida como la "Canción del sauce"). Después de que Emilia se marche, Desdemona reza (Ave Maria) y luego se duerme.

Sin duda una de las más brillantes escenas escritas por Verdi para soprano.

Mirella Freni



Renata Tebaldi



Victoria de los Ángeles


EMILIA 
Era più calmo?

DESDEMONA 
Mi parea. M'ingiunse 
di coricarmi e d'attenderlo. Emilia, 
te ne prego, distendi sul mio letto 
la mia candida veste nuziale. 

(Emilia eseguisce)

Senti. 

(con passione) 

Se pria di te morir dovessi 
mi seppellisci con un di quei veli.

EMILIA 
Scacciate queste idee.

DESDEMONA 
Son mesta, tanto, tanto.

(sedendo macchinalmente 
davanti allo specchio)

Mia madre aveva una povera ancella, 
innamorata e bella. 
Era il suo nome "Barbara." 
Amava un uom che 
poi l'abbandonò; cantava 
un canzone: 
"la canzon del Salice."

(A Emilia) 

Mi disciogli le chiome...
Io questa sera ho la memoria piena 
di quella cantilena...


"Piangea cantando 
nell'erma landa, 
piangea la mesta...

(come una voce lontana) 

O Salce! Salce! Salce! 
Sedea chinando 
sul sen la testa! 
Salce! Salce! Salce! 
Cantiamo! Cantiamo! 
il Salce funebre 
sarà la mia ghirlanda."

(ad Emilia, parlante) 

Affrettati; fra poco giunge Otello. 

(Riprendendo la canzone)

"Scorreano i rivi fra le zolle in fior, 
gemea quel core affranto, 
e dalle ciglia le sgorgava il cor 
l'amara onda del pianto. 
Salce! Salce! 

(come un'eco) 

Salce! 
Cantiamo! Cantiamo! 
Il Salce funebre 
sarà la mia ghirlanda. 
Scendean 'augelli a vol dai rami cupi 
verso quel dolce canto. 

(con espressione.)

E gli occhi suoi piangean tanto, tanto, 
da impietosir le rupi."

(a Emilia, levandosi 
un anello dal dito)

Riponi quest'anello. 

(alzandosi) 

Povera Barbara! Solea la storia 
con questo semplice suono finir: 

"Egli era nato per la sua gloria, 
io per amar..."

(ad Emilia, parlante)

Ascolta. Odo un lamento. 

(Emilia fa qualche passo)

Taci. Chi batte a quella porta?

EMILIA 
E il vento.

DESDEMONA 
(dolce) 
"Io per amarlo e per morir...

(dolcissimo) 

Cantiamo! Cantiamo! 

(come una voce lontana) 

Salce! Salce! Salce! "
Emilia, addio. 
Come m'ardon le ciglia! 
È presagio di pianto. Buona notte. 

(Emilia si volge per partire. Con passione) 

Ah! Emilia, Emilia, 

(Emilia ritorna e Desdemona l'abbraccia)

addio, Emilia, addio! 

(Emilia esce. 
All'inginocchiatoio)

Ave Maria, piena di grazia, eletta 
fra le spose e le vergini sei tu, 
sia benedetto il frutto, o benedetta, 
di tue materne viscere, Gesù. 
Prega per chi adorando a te si prostra, 
prega nel peccator, per l'innocente, 
e pel debole oppresso e pel possente, 
misero anch'esso, tua pietà dimostra. 
Prega per chi sotto l'oltraggio piega 
la fronte e sotto la malvagia sorte; 
per noi, per noi tu prega, prega 
sempre e nell'ora della morte nostra, 
prega per noi, prega per noi, prega. 

(Resta ancora inginocchiata e appoggiando 
la fronte sull'inginocchiato io ripete 
mentalmente l'orazione di cui non s'odono 
che le prime e le ultime parole)

Ave Maria... 
nell'ora della morte. 
Ave!... Amen! 





EMILIA
¿Estaba más tranquilo?

DESDÉMONA
Así me pareció. Me pidió 
que me fuera a dormir y le esperara. 
Emilia, te ruego que extiendas 
sobre mi lecho mi traje de novia.

(Emilia lo hace)

Escucha. 

(Con pasión)

Si muero antes que tú, quiero que me
entierres con uno de estos velos.

EMILIA
¡Desechad tales ideas!

DESDÉMONA
¡Estoy tan triste. tanto, tanto!

(sentándose maquinalmente 
delante del espejo)

Mi madre tenía una pobre doncella,
era muy bonita y estaba enamorada;
se llamaba "Bárbara".
El hombre a quien amaba
después la abandonó. 
Solía cantar una canción:
"la canción del sauce."

(a Emilia)

Destrenza mi pelo...
esta noche no hago más que pensar
en esa canción...
"Lloraba, cantando 
en el desolado yermo,
la pobre desgraciada lloraba:

(Con voz lejana)

¡Oh, sauce, sauce, sauce!
Estaba sentada con la cabeza
reclinada sobre el pecho.
¡Oh, sauce, sauce, sauce!
¡Cantemos, cantemos! 
El fúnebre sauce
será mi corona."

(hablando a Emilia)

Apresúrate. Otelo no tardará.

(reanudando la canción) 

"El agua corría entre orillas floridas; 
la pobre desgraciada 
murmuraba tristemente 
y brotaban las lágrimas de sus ojos. 
¡Oh, sauce, sauce, 

(Como un eco)

¡Sauce! 
¡Cantemos, cantemos! 
El fúnebre sauce 
será mi corona. 
Los pájaros descendían 
de las sombrías ramas la dulce canción.

(Con rapidez)

Y ella lloraba con tal desconsuelo 
que a las piedras compadecía."

(quitándose un anillo 
del dedo, a Emilia)

Guarda este anillo.

(Levantándose)

¡Pobre Bárbara! 
Solía acabar así su historia 

"El nació para su gloria
y yo para amar..."

(A Emilia, hablando)

Escucha... oigo un lamento. 

(Emilia da algunos pasos)

Calla. ¿Quién llama a la puerta?

EMILIA
Es el viento.

DESDÉMONA
(con dulzura)
"Y yo para amarle y morir

(Con mucha dulzura)

¡Cantemos, cantemos.!

(Con voz lejana)

¡Oh sauce, sauce, sauce!"
¡Adiós, Emilia!
Cómo me queman los párpados. 
Presagian el llanto. Buenas noches.

(Emilia se dispone a retirarse)

¡Ah, Emilia, Emilia!

(Emilia vuelve y se abrazan)

¡Adiós, Emilia, adiós!

(Emilia se retira. Desdémona se acerca 
al reclinatorio y se arrodilla.)

Dios te salve María, llena de gracia,
bendita tú entre todas las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Ruega por todos los que se arrodillan,
ruega por el pecador y el inocente,
por el oprimido, el débil y el fuerte,
que también es desgraciado.
Ruega por cuantos inclinan su cabeza
a la infamia y al ultraje.
Ruega por nosotros siempre 
y en la hora de nuestra muerte,
ruega por nosotros, 
ruega por nosotros, ruega.

(Permanece arrodillada en el
reclinatorio, repitiendo la plegaria,
de la que sólo se oyen las primeras 
y las últimas palabras.)

¡Dios te salve María!... 
En la hora de nuestra muerte, 
¡Dios te salve!... Amén.

Otello (XII). Desdemona es humillada en público.

Suenan los clarines, anunciando la llegada del embajador veneciano. Yago advierte a Cassio que debe marcharse a menos que quiera ver a Otelo. Cassio sale, y Otelo decide matar a su esposa estrangulándola en su cama, mientras Yago se ocupará de Cassio.
Lodovico, Desdémona, Emilia, Roderigo y otros dignatarios entran. Cuando Lodovico nota la ausencia de Cassio, Yago le dice que Cassio ha perdido el favor, pero Desdémona añade que pronto lo restaurarán a su puesto. Yago explica al asombrado Lodovico que quizás la restauración de Cassio es el deseo de ella. Desdémona dice que así es, pues ella siente afecto por él. Otelo la llama demonio, y casi la golpea violentamente pero Lodovico lo contiene. Otelo entonces llama a Cassio (Lodovico, Otelo, Desdémona, Emilia, Yago, coro: Il Doge ed il Senato salutano l'eroe trionfatore / "El Dogo y el Senado saludan al héroe triunfante"). Cassio entra y Otelo lee (mezclando mientras insultos a Desdémona) una carta del Dogo, anunciándole que él (Otelo) ha sido llamado de vuelta a Venecia y Cassio lo sucederá como gobernador de Chipre. Encolerizado, Otello arroja a Desdémona al suelo (Otelo, Roderigo, Yago, Cassio, Lodovico: Messeri! il Doge mi richiama a Venezia / "¡Caballeros! El Dogo me llama a Venecia").
Desdémona, desde el suelo, se lamenta (A terra! … sì … nel livido fango / "¡Caída! sí, en el lívido fango..."). En un conjunto, los diversos personajes expresan sus distintos sentimientos: Emilia y Lodovico consuelan a Desdémona, Cassio se maravilla ante su repentino cambio de fortuna y Roderigo se lamenta de que Desdémona vaya a irse pronto. En apartes separados, Yago primero le dice a Otelo que esa noche es la noche de vengarse y luego aconseja a Roderigo de que la única forma de impedir que Desdémona se vaya es que muera el nuevo duque, animándolo a asesinar a Cassio esa noche (Emilia, Cassio, Desdémona, Roderigo, Lodovico, Yago, Otelo, coro: Quell’innocente un fremito d'odio non ha nè un gesto / "Esa inocente es sin sentimiento o gesto de odio"). Otelo ordena a todo el mundo que se vaya. Desdémona va a reconfortarlo, pero Lodovico la empuja afuera conforme Otelo la maldice. Otelo despotrica sobre el pañuelo, luego se derrumba. Yago presiona la frente de Otelo con su talón, luego se marcha. Afuera, la multitud de chipriotas grita victoria y gloria por Otelo (Otelo, Desdémona, Emilia, Cassio, Roderigo, Lodovico, Yago, coro: Fuggite!)

De 1.31.40 a  1.45.15

Otello (XI). Yago aporta otra prueba falsa con un testigo.

Cuando Yago llama "¡Cassio está aquí!", Otelo se esconde. Cassio dice que había esperado encontrar a Desdémona aquí, pues él quería saber si ella había tenido éxito con Otelo (Yago, Cassio, Otello: Vieni; l’aula è deserta / "Ven, el salón está desierto"). Yago le pregunta sobre sus aventuras con esa mujer. Cassio le pregunta qué mujer y, suavemente, de manera que Otelo no pueda oirlo, Yago dice "Bianca" (la auténtica amante de Cassio). Cassio se ríe de sus aventuras románticas, y Otelo cree que está hablando de Desdémona. En una conversación sólo oída en parte, Cassio parece estar hablando a Yago sobre otra mujer, una admiradora secreta, que le dejó un pañuelo como recuerdo. Yago se lo pide y Cassio lo enseña, Yago se lo coge—pues es el de Desdémona—y lo sostiene de manera que Otelo pueda verlo. Se vuelve hacia Cassio y bromea con él, mientras en su escondite Otelo estaba que echaba humo (Yago, Cassio, Otelo:Questa è una ragna dove il tuo cuor casca / "Esta es la tela de araña en la que tu corazón está atrapado").

De 1.24.40 a 1.31.40

Otello (X). Dios, podías haberme castigado a mí. Aria de Otello.

Otello sufre la presunta culpabilidad de Desdemona pero cree que es justo condenarla, aunque siempre que confiese. La que ha liado Yago.

Plácido en el 91, con el logotipo de TVE!

Ramón Vinay

Mario del Monaco

Gregory Kunde en Valencia, con Zubin Mehta dirigiendo. Yo estuve allí!

Bergonzi, que por miedo nunca cantó el papel entero (si no me equivoco)


Dio! mi potevi scagliar tutti i mali 
della miseria, della vergogna, 
far de' miei baldi trofei trionfali 
una maceria, una menzogna...
E avrei portato la croce crudel 
d'angoscie e d'onte con calma fronte 
e rassegnato al volere del ciel.
Ma, o pianto, o duol! 
m'han rapito il miraggio 
dov'io, giulivo, l'anima acqueto. 
Spento è quel sol, quel sorriso, quel raggio 
che mi fa vivo, che mi fa lieto!
Tu alfin, Clemenza, pio genio immortal 
dal roseo riso, 
copri il tuo viso 
santo coll'orrida larva infernal!

Ah! Dannazione! 
Pria confessi il delitto e poscia muoia! 
Confession! Confession! 
La prova! 

¡Dios! Pudiste haberme dado todas 
las penas de la pobreza y del oprobio,
haber hecho de mis victoriosos trofeos 
un montón de ruinas y una mentira... 
y yo habría sufrido la cruel cruz 
del sufrimiento y la vergüenza 
resignándome a la voluntad del cielo... 
Pero, ¡oh llanto, oh angustia! 
Se me ha despojado del espejismo 
en que se consolaba mi alma. 
¡Se ha puesto el sol, la sonrisa, 
el resplandor que me daba vida, 
llenándome de alegría! 
¡Finalmente tú, sagrado geniecillo
de la fresca risa, cubres tu divino
rostro con la máscara del infierno!
Oh, condenación! 
¡Que confiese primero el pecado 
y luego muera! 
¡Confesión! ¡La prueba!

Otello (IX). Violenta discusión entre Otello y Desdemona. Él está seguro de su culpabilidad. Dúo. ¡Saint Nectaire!

El gran salón del castillo y cerca, un pequeño salón.
Yago explica a Otelo que atraerá a Cassio aquí y que hablará con él mientras Otelo mira, escondido. Se marcha en busca de Cassio (Yago: Qui trarrò Cassio / "Aquí traeré a Cassio"). Desdémona entra y le recuerda la petición de Cassio. Otelo le dice que todavía tiene dolor de cabeza, y le pide que envuelva su pañuelo alrededor de su cabeza. Cuando Desdémona le presenta otro pañuelo diferente, Otelo le pide el que él le regaló, con fresas. Cuando dice que no lo tiene, Otelo dice que era un talismán, y que le llegarán desgracias si lo pierde. Desdémona dice que él está intentando ignorar el ruego de Cassio, y mientras ella le pregunta sobre Cassio, él exige el pañuelo con mayor insistencia. (Desdémona, Otelo: Dio ti giocondi, o sposo / "Dios te mantenga feliz, esposo".) Desdémona protesta que ella es fiel; al final, Otelo la echa de la habitación (Desdémona, Otelo:Esterrefatta fisso lo sguardo tuo tremendo / "Aterrorizada, me enfrento a tu tremenda mirada").


De 1.09.05 a 1.21.15







Lo acompañamos con el magnífico queso Saint Nectaire

http://www.mundoquesos.com/2008/06/saint-nectaire.html

martes, 10 de diciembre de 2013

Otello (VIII). Otello cae en la trampa. Dúo.

Desdémona cumple el encargo de Cassio de pedir que se le devuelva su cargo. Otelo amargamente le dice que se lo pida en otro momento, y que ahora le duele la cabeza. Desdémona envuelve su cabeza con un pañuelo que Otelo le dio en el pasado, lino bordado con fresas. Otello lo arroja al suelo y dice que no lo necesita (Desdémona, Otelo: D'un uom che geme sotto il tuo disdegno la preghiera ti porto / "Traigo una petición de uno que sufre por tu enojo"). Emilia recoge el pañuelo. Desdémona le pide perdón a Otelo. A un lado, Yago le pide a Emilia el pañuelo. Cuando ella le dice que no, Yago se lo coge a la fuerza.
Otelo despacha a los otros, y canta que él ahora cree que Desdémona puede estar engañándolo (Otelo: Ora e per sempre addio sante memorie / "Ahora y para siempre, adiós, felices recuerdos"). Regresa Yago, y el celoso Otelo exige pruebas de la infidelidad de Desdémona. Yago dice que una vez, cuando él y Cassio dormían en la misma habitación, oyó a Cassio hablar a Desdémona en sueños. En el sueño, dice Yago, Cassio le dijo a Desdémona que ellos debían ser cuidadosos y esconder su amor. (Yago: Era la notte, Cassio dormia / "Era de noche, Cassio dormía".) Yago dice que los sueños no prueban nada, pero señala que vio a Cassio llevando un pañuelo bordado de fresas justo el día anterior. Juntos, Yago y Otelo juran vengarse de Desdémona y Cassio (Otelo, Yago: Sì, pel ciel marmoreo giuro / "Sí, por el cielo marmóreo juro").

Terminal el Acto II con un dúo entre Otello y Yago, todo seguido sin estructuras pretéritas. Al final podríamos considerar muy cogida por los pelos una vibrante cabaletta, de la que os muestro otras dos versiones más.

De 50.50 a 1.07.35


Vickers y MacNeil

Plácido de nuevo con Milnes

Otello (VII). Yago empieza a maquinar

Otelo entra en la habitación; Yago, pretendiendo no darse cuenta de que él está allí, dice que está profundamente perturbado. Cassio ve a Otelo desde lejos y se aleja discrtamente. Otelo pregunta qué es lo que está mal con Yago, y él responde dando respuestas vagas. Finalmente, él insinúa que Cassio y Desdémona tienen un affair. Otelo se siente celoso, pero quiere pruebas de la traición de Desdémona (Yago, Otelo: Ciò m’accora... Che parli? / "Eso me preocupa..." "¿Qué dijiste?").
Una multitud de niños, marineros, y chipriotas rodean a Desdémona, alabando su belleza y pureza (coro, Yago, niños, Desdémona, Otelo: Dove guardi splendono raggi / "Allá donde miras, reluce la claridad..."). Ellos le presentan regalos y le desean felicidad antes de irse.

De 41.45 a 50.50

Otello (VI). Yago demuestra que es el personaje más malvado de todos los tiempos. Aria.

Acto II

Dentro del castillo, una cámara cercana al jardín.
Yago sugiere a Cassio que pida a Desdémona hablar a Otelo sobre su degradación, porque Desdémona puede influir en su marido para devolverle el puesto (Yago, Cassio: Non ti crucciar / "No te preocupes"). Desdémona y Emilia caminan por el jardín, Cassio se acerca a Desdémona. Mirando desde su habitación, Yago lanza sus creencias nihilistas en un bien conocido credo (Credo in un Dio crudel / "Creo en un Dios cruel").

De 33.00 a 41.45. Cappuccilli

Bastianini


Milnes.

Warren
Nucci

domingo, 8 de diciembre de 2013

Otello (V). Dúo (continuación)

Domingo y Frittoli, Muti dirigiendo.

Plácido ya mayorcete, y Netrebko radiante. No sé a qué espera para cantar el papel entero.

Ahora os pongo un ejemplo clarísimo para que comprobéis la mutación verdiana, comparando el Attila de 1846 con el Otello de 1887! El que no consiga captarlo que me pregunte, porque esto es importante.


Otello (IV). Otello y Desdémona se ponen nostálgicos. Dúo.

Los chipriotas dejan a Otelo a solas con Desdémona. Juntos Otelo y Desdémona recuerdan por qué se enamoraron. Se besan y luego vuelven al castillo. 

En este dúo podemos fácilmente entender la madurez verdiana que demuestra Otello, pues ya no hay una división de recitativo-cantabile-cabaletta ni nada parecido, sino que se presenta como un continuo, todo en uno, con un hilo conductor que apenas repite frases ni melodías, rompiendo así todos los elementos que primaban en cada una de sus óperas iniciales y, más difusamente, en la siguientes.
Considero a este dúo como una de las creaciones más perfectas de la ópera italiana, aunque me costó entenderlo más de un año.

Es uno de los más delicados, con lirismo a la máxima



De 20.35 a 31.00. Domingo y Freni en una actuación absolutamente referencial.

Del Monaco y Tebaldi, dirige Karajan.

De las antiguas, es indiscutible la de Ramón Vinay y Herva Nelli, del 47



Otello (III). Yago la lía. Escena del Brindis.

Ante todo pido disculpas por no haber publicado en los últimos diez días, pues he estado de viaje por la Toscana, pasando por Roma con el único objetivo de ver y escuchar al maestro Muti dirigiendo Ernani, esa delicia verdiana que todos los lectores conoceréis o deberíais conocer. En Firenze no conocía la ópera programada y fui a la aventura : Il capello di Paglia di Firenze, de Nino Rota, más famoso por sus bandas sonoras. Como cierre de año operístico asistí en Madrid a Elisir, de Donizetti, que no sólo de Verdi vive el hombre.

Este retraso implicará que lamentablemente las entradas sean más breves, copiando el argumento literalmente, porque debo de publicar dos diarias de media en lo que queda de año para entrar en tiempo.


"El alférez de Otello, Yago, se ofrece a ayudar al joven veneciano Roderigo en su seducción de la esposa de Otelo, Desdémona, porque él (Yago) quiere vengarse del moro (Yago, Roderigo: Roderigo, ebben che pensi? / "Bien, Roderigo, ¿en qué estás pensando?"). Otelo ha nombrado a Cassio capitán de la armada, un cargo que Yago confiaba en obtener. El pueblo de Chipre celebra el regreso de la armada encendiendo una hoguera (Coro: Fuoco di gioia!/ "¡Fuego de alegría!").
En la taberna, Yago propone un brindis por Otelo y su esposa, Desdémona, mientras Cassio alaba a Desdémona exageradamente (Yago, Cassio, coro, Roderigo: Roderigo, beviam! / "Roderigo, ¡bebamos!"). Yago ofrece vino a Cassio, pero este dice que ya tiene bastante. Yago lo presiona, y cuando Yago ofrece un brindis por Otelo y Desdémona, Cassio se rinde. Yago canta unbrindis y sigue sirviendo vino a Cassio (Yago, Cassio, Roderigo, coro: Inaffia l'ugola! / "Mojáos la garganta"). Montano entra y llama a Cassio para que empiece su guardia, pero se queda sorprendido al descubrir a Cassio bebido y prácticamente incapaz de tenerse en pie. Ante la sorpresa de Montano, Yago explica que de esta manera pasa Cassio cada noche.
Roderigo se ríe de la borrachera de Cassio y éste lo ataca. Montano le dice a Cassio que se contenga, pero Cassio saca su espada y amenaza con romper la cabeza de Montano (Montano, Cassio, Yago, Roderigo, coro: Capitano, v’attende la fazione ai baluardi / "Capitán, la guardia te espera en las murallas"). Cassio y Montano empiezan un duelo, y Yago envía a Roderigo que haga sonar la alarma. Cassio hiere a Montano en el momento en que entra Otelo.
Otelo les ordena bajar sus espadas y pide explicaciones al "honesto Yago" para que le explique cómo empezó el duelo, pero Yago dice que él no lo sabe. Otelo entonces se vuelve hacia Cassio, quien se siente avergonzado y no puede excusar sus acciones. Cuando Otelo descubre que Montano está herido, se enoja. Entra Desdémona, y, al ver que ha sido perturbado el descanso de su mujer, Otelo degrada a Cassio que ya no es capitán (Otelo, Yago, Cassio, Montano: Abbasso le spade / "Abajo las espadas")."


De 11.45 a 20.35