miércoles, 23 de enero de 2013

Nabucco (VII). Acto II: Aria de Abigaille

Abigaille, hija bastarda de Nabucco, es una de las creaciones femeninas de Verdi más malvadas. Furiosa porque su padre va a nombrar heredera a Fenena, le preparan un golpe de Estado sus partidarios que derroca a Nabucco. Para hacerlo creíble, extienden el rumor de que el Rey ha muerto. Una hija que es capaz de hacer eso no es mucho de fiar, no le prestaría mi coche, no.

http://www.youtube.com/watch?v=j9qEtOUhzyM

Ghena Dimitrova de nuevo, mi Abigaille favorita, por si alguien no se ha dado cuenta.
Muti dirigiendo, en esas mismas funciones de La Scala.

Esta aria se compone, como era costumbre en esa época, de un recitativo, el aria propiamente dicha y, para terminar, una cabaletta. Verdi cumple aquí a rajatabla la tradición en cuanto a la estructura, aunque la cabaletta poderosísima que escucharemos mañana demostrará que de tradición belcantista nada. Fuego, coraje, ¡vendetta!

El aria empieza al acabar el recitativo, en el minuto 3.50 aprox.

Mañana un duelo de Abigailles, con sus cabalettas, para que opinéis cuál os convence más.

Nabucco (VI). Final del Acto I

Vaya lío han montado judíos y babilonios ellos solos, con lo bien que se vive en paz y tranquilidad. Normal que Nabucco decida entrar en Jerusalén, ya que han raptado a su hija Fenena. Ahora, que Zaccaria, sumo sacerdote judío, reacciona de manera natural amenazando con matarla para que Nabucco se rinda. Aquí se entromete Ismaele, sobrino del rey de Jerusalén, que está loco por Fenena. Nabucco aprovecha que los judíos no tienen aclare y ordena destruir la ciudad. Mucho cuidado con el Nabucco éste.

http://www.youtube.com/watch?v=-L-7EuYoAFM

Nabucco: Renato Bruson
Abigaille: Ghena Dimitrova
El resto no lo sé
Dirige el mejor de los mejores.

Quien por falta de tiempo o ganas no quiera ver el vídeo entero, que se quede mejor con la cabaletta o parte más rápida, digamos que a partir del minuto 5.10. Muti les insufla un ritmo ardiente, fogoso, que levanta a más de uno de su asiento. Señores, qué manera de dirigir, no me cansaré de repetirlo.