lunes, 10 de junio de 2013

Rigoletto (II). Al Duca le da lo mismo una que otra. Questa o quella. ¡Carrat!

Acto I, Cuadro I

En el salón del palacio del duque de Mantua están de fiesta, como es habitual. Es afición conocida del duque  organizar estos bailes para atraer a las cortesanas y nobles, aunque éstas estén casadas. Realmente le da igual una que otra, hoy una, mañana otra distinta, y así...

Tras el breve preludio, no hay un coro de bandidos, de brujas, de soldados o de oprimidos, sino una auténtica orgía, dando la primera frase el propio Duca, discretamente, a un cortesano, de que le gustan todas, lo cual desemboca en una breve cavatina, donde el tenor puede meterse al público en el bolsillo así de primeras.

Hablaré más adelante en detalle de la vocalidad del Duca. Hoy simplemente vamos a comparar diferentes "Questa o quella".


Carlo Bergonzi



Luciano Pavarotti



Afredo Kraus




Roberto Alagna






Sé que no es viernes y que no estoy cumpliendo objetivos, así que algún queso falta por poner.
Os presento Carrat, queso de cabra de Barcelona.

http://www.mundoquesos.com/2008/12/carrat.html


17ª. Rigoletto (1851). Verdi ya es el esqueleto de la ópera italiana.

Ópera en tres actos, con libretto de Francesco Maria Piave, basado en el drama de Victor Hugo Le roi s'amuse (1832). 

Se estrenó en el Teatro La Fenice de Venecia, el 11 de marzo de 1851.

Ríos de tinta han corrido sobre Rigoletto, una de las 5 óperas más representadas del repertorio, del que jamás ha desaparecido y nada indica que vaya a hacerlo. 

Su estreno fue un éxito sin contemplaciones para el público, pero no mostró la misma opinión la crítica, y no por la música, cuya belleza reconocían absolutamente (sería negar la evidencia), sino que la calificaban de "espectáculo horroroso y repugnante", "obra maldita que debe alejarse del público", o "la ópera más débil del signor Verdi". 

Y es que la censura también afectó a Rigoletto, quizá tanto como a Stiffelio. Verdi tuvo que cambiar el título varias veces, Piave reformar el libretto a pocos meses del estreno, sólo porque a los censores les parecía inmoral un bufón jorobado cantando en la corte corrompida de un noble. Claro, a Verdi le gustaba chinchar, todo se ha dicho, y en principio eligió al rey Francisco I, que no tuvo más remedio que cambiarlo por el Duque de Mantua aunque manteniendo el carácter tiránico del primero.

Eso sí, no permitió que le dejaran sin la escena final del saco con el cadáver, ni por supuesto que se le quitara la joroba al protagonista. 

Se dice que Rigoletto puede venir del verbo francés "rigoler (reírse)", por ser éste un bufón. Inicialmente Verdi le nombró como Triboleto, ya que el personaje de Hugo era Triboulet.

En enero de 1851 la censura seguía inflexible, Verdi no estaba dispuesto a seguir componiendo ya que habían laminado su ópera, así que Piave y el director del Teatro La Fenice fueron a negociar a la desesperada con el censor, llegando a un acuerdo con los siguientes extremos:
- el lugar donde se desarrolla en drama no será la Corte de Francia.
- el tirano sería libertino y amo absoluto de su Estado.
- el bufón podía ser tan jorobado y deforme como quisieran los autores.
- se mantiene la escena del saco.
- se guardaría la "decencia" en escena.

Verdi deja atrás los personajes de capa y espada (volverán, no obstante), el patriotismo en su máxima potencia y la rutina escénica, para dar paso a unas óperas de personajes vivos, que evolucionan, piensan, sienten, reflexionan, existen. No van a salvar a su patria sino sus intereses, sus amores o su dignidad. Es éste un paso de gigante en la dramaturgia verdiana.


Musicalmente, Rigoletto es la primera de las óperas que forman la Trilogía Popular (no por ello son afines al PP ni dejan de serlo), con Il Trovatore (tr) y La Traviata (tr), que por su especial valor les dedicaré a cada una 20 días, por lo que la Trilogía (tr) en conjunto la trataremos (tr) durante 2 meses. 

Hay arias y dúos, sí, pero no puestos por poner. Están intercalados por recitativos que no son en absoluto despreciables sino más bien imprescindibles. En óperas anteriores algunos recitativos se componían como un medio para rellenar o dar agilidad a la trama, pero aquí tienen un valor musical transcendente, son indisociables a las arias, dúos, y cuarteto. 

Cada personaje tiene su música, jamás intercambiable con el resto, y la distinción de registros vocales cobra aquí su máximo sentido, pero iremos desgranando este punto a lo largo de estos 20 días.

En palabras de Fernando Fraga, "Rigoletto es una ópera perfecta, síntesis ideal entre texto y música, palabras y notas, es una de las obras predilectas de todos los públicos, cualquiera que sea su origen y formación, y uno de los títulos más alabados y reconocidos por la crítica musical de todos los tiempos. La música, bellísima de principio a fin, se adapta perfectamente a cada personaje que aparece así nítidamente expuesto". 


Escuchar sólo el preludio, bien breve, hasta 2.43, dirigido por Muti en las funciones de La Scala, en 1994.


Comentarios esenciales de Riccardo Muti, en los que explica también su opinión sobre la ópera y el eterno debate entre tradición y respeto a la partitura. Lo bueno, si largo, 4 veces bueno.