miércoles, 21 de agosto de 2013

I Vespri Siciliani (XV). Elena vuelve a cantar. Problemas operísticos.

Todo preparado sorprendentemente para la boda de Arrigo y Elena. Fiesta en el Palacio del Gobernador con bailes y música en sus jardines. La novia, fuera el luto y de blanco, canta una de las arias técnicamente más complicadas de resolver para una soprano spinto verdiana, repleta de agilidades al más puro estilo belcantista. La mayoría de sopranos se estrellan, y diría que ninguna Elena la ha cantado de manera sobresaliente.


De 3.01.50 a 3.08.40. A pesar de que la mayoría de la crítica discográfica considera que Studer hace una chapuza en el bolero, personalmente discrepo porque salvado algún desafine al final, la coloratura no parece tan borrosa. Aceptable diría, no chapuza.

Maria Callas sale más que bien parada del reto.

Montserrat Caballé en un terreno no propicio hace lo que buenamente puede
http://www.youtube.com/watch?v=ZOJ4-Hv6WKE

La Netrebko está apuntando maneras este año, porque se está lanzando al peligroso campo de la soprano verdiana. Ha grabado un CD hace nada, y de lo poco que he escuchado me gusta.

Y las que la cantan perfecta:

El Bolero de la Sutherland es EL modelo, con todos los trinos y agudos limpios y geniales, su Mi bemol final y todo. Pero claro, no ha cantado el papel entero porque no cumple lo requisitos.


De la Dessay podemos decir algo similar aunque el agudo final es algo más duro y seco.


En la misma línea la Gruberova, que como la Dessay, no es una soprano verdiana.



¿Queda claro no? Es todo un dilema porque es casi imposible encontrar una Elena que pueda con la ópera y que brille en el Bolero.

Esta entrada se la dedico a Eugenio porque me consta que es una de sus arias favoritas.

I Vespri Siciliani (XIV). Todos a salvo. Hay boda. Sabroso cuarteto.

Entra Procida e informa a Elena que ha llegado una nave aragonesa cargada de oro y armas, lo que le devuelve cierta esperanza, que se desvanece cuando aparece Monforte ordenando la ejecución. Arrigo ruega que salve la vida de sus compañeros, a lo que su padre acepta con una condición: que le reconozca ante todos como su progenitor. Al principio duda, pero ante la necesidad clama un "Padre!". Todos son perdonados, y en un clímax de alegría Monforte anuncia la boda de su hijo con Elena para esa misma tarde (a saber cómo se las apañarían para prepararla), sellando la amistad entre Francia y Sicilia. Si lo que Monforte quería era recuperar a su hijo y nada más...

La presencia de los 4 personajes principales provoca un íntimo cuarteto en el que destaca el tenor y la añoranza de la soprano. See nota que Verdi quiere distinguir el mensaje de Monforte, que es de contraste respecto a los otros tres personajes. Tan sublime es el cantabile como el electrizante y majestuoso final, del mejor sabor verdiano.


De 2.04.40 a 2.21.00

2.46.50 a 3.01.30

I Vespri Siciliani (XIII). Todo para el tenor y la soprano. Aria y dúo.

Como explicaba en la entrada anterior, Arrigo intenta convencer a Elena de los motivos que le llevaron a salvar a Monforte, a lo que ella le compadece, semuestra comprensiva, y vuelve la llama del amor.

No es muy típica la estructura de este dúo, que da pie con un agitado "recitativo" (no parece tal por la riqueza y claridad de sus melodías) y no continúa con el habitual cantabile sino que el Maestro intercala un aria preciosa para la soprano, que provoca su fin con una suave y luminosa cabalettina.

De 1.51.30 a 2.04.40

Maria Callas deja a más de uno petrificado en esta sentida interpretación.

La Cerquetti nos regala ese timbre prodigioso y aliento verdiano sobresaliente.

Cada vez entenderé menos por qué la Caballé no grabó oficialmente Vespri. ¡Está que se sale!

Los dúos

El primer fragmento que escuché de Vespri fue esta misma grabación del dúo en voces de Alagna y Gheorghiu, que no grabaron la ópera completa. Se han vuelto a divorciar por enésima vez, ¿será la última?

Caballé y Gedda, más en estilo la primera que el segundo.

I Vespri Siciliani (XII). Va de tenores.

Fruto de los nuevos privilegios de que ahora goza Arrigo, le han concedido un permiso para visitar a sus amigos a la cárcel. Elena al principio le rechaza por traidor pero él comienza a explicarse y ella a entenderle.

Arrigo es un tenor lírico-spinto verdiano con la peculiaridad de requerir un registro agudo más amplio y seguro que para otros personajes verdianos de la cuerda. Quizá por ello no ha sido un papel frecuente, y más de uno y de dos omiten el duettino del Acto V, que pide un Re agudo (!!), el cual escucharemos dentro de poco. Es un tenor de fuerza, por tanto, que tenga facilidad para plegarse a momentos más líricos, muy abundantes.

Sorprendente y lamentablemente, Bergonzi no ha grabado (no sé si cantado) I Vespri Siciliani, una de las pocas de Verdi de las que no hemos escuchado su voz. Sí tenemos el recitativo y aria de Arrigo que nos ocupa, y si bien es cierto que no soy proclive a poner cantantes que no han desarrollado la ópera en concreto, por ser Bergonzi hago una excepción.


Plácido sí cantó y grabó Arrigo, uniendo energía, teatralidad, entrega, señorío y un estilo impecable. Sorprendente si tenemos en cuenta que el registro agudo no ha sido su mejor baza.



Richard Tucker muestra su mejor estilo verdiano haciéndonos olvidar su poco afortunado timbre.


Merritt es un tenor habitualmente encuadrado en Rossini, que fue reclamado para Arrigo quizá por la brillantez de sus agudos, y aunque canta de maravilla, carece del alto verdianismo de otros colegas. Repito, canta más que bien. De 2.19.00 a 2.28.05.

A pesar de la mala calidad del sonido, podemos apreciar el brillo y la seducción de Bonisolli en esta magnífica aria.


El caso de este tenor, Gregory Kunde, es de libro. Quizá sea el único que ha cantado el Otello de Rossini (1816) y el de Verdi (1887), que sólo comparten el argumento, porque canora y estilísticamente son casi opuestos: Rossini es de coloraturas, agilidades, lirismo contenido; el de Verdi necesita fuerza y vigor, arrebato, no lejos de delicadeza o lirismo pero entendido de otra manera. Pues este señor lleva en repertorio ambos simultáneamente, con otros personajes muy dispares. Tiene 60 años y sigue llenando "plazas de toros", es toda una referencia dada el hambre de tenor verdiano actual que los aficionados padecemos.
Escuchar hasta 9.35.


Luchetti cantó el aria alternativa, también bellísima y que acabo de conocer ahora mismo buscando en Youtube.