jueves, 27 de junio de 2013

Rigoletto (XVIII). Sparafucile no cumple su palabra y mata a quien no debe.

Mientras el Duca está atrapado y seducido por los encantos de Maddalena, Rigoletto pide a su hija que se vista de hombre, coja dinero y un caballo y que parta a Verona, donde se reencontrarán. Esto lo hace para estar más libre y así negociar con Sparafucile. Le paga algo por adelantado, y acuerdan en que se le entregará el cuerpo del Duca en un saco para que Rigoletto lo arroje al río con sus propias manos.

Maddalena, que también ha sido embaucada por el Duque, intenta convencer a Sparafucile que mate a Rigoletto, pero el sicario no lo va a hacer, pues es su propio cliente, y debe ser fiel a la palabra dada. Acuerdan en que el primer desconocido que entre pidiendo alojamiento será la inocente víctima.

Oportunamente, Gilda había regresado vestida de hombre, y llama a la posada para salvar al Duque. Sparafucile nada más abrir la mata y la mete en el saco.

Como podéis escuchar, Verdi ha optadp por ambientar esta escena con una tormenta, que crece y luego va amainando. El coro masculino simula el viento, las flautas la lluvia, la percusión los truenos...

Escuchar de 1.41.20 a 1.51
1.41.20