sábado, 22 de junio de 2013

Rigoletto (XIV). Estaba yo rezando en Misa y...


Entra Gilda, y su padre está esperándole como para darle en el culo, pero no es así. Gilda le cuenta resumidamente (a él y a nosotros) lo que pasó (Tutte le feste al tempio mentre pregava Iddio...estábamos en Misa y mientras rezaba...). El padre se pregunta "qué he hecho yo para merecer esto", por qué no recae la maldición sólo en mí y tiene que afectar a mi hija también. Se consuelan mutuamente en un dúo excelso, con tensión y amor fraternal a partes iguales. Verdi mezclaba como nadie los sentimientos humanos más reales. siempre he tenido debilidad por este dúo, como por todos los de barítono-soprano, porque pueden casar a la perfección estos dos registros. Fijaos que la orquesta hace poco, acompaña, subraya, ayuda a las voces, siempre respetándolas. Naturalmente, Rigoletto es una ópera de cantantes, de voces.

MacNeil con Cotrubas. Subtítulos en español. MacNeil está aquí algo mayor, no es lo que era en los 60, lo cual no quita que Rigoletto fue siempre uno de sus más queridos personajes. Cotrubas es una Gilda muy dulce, femenina y muy bien cantada.


De 19.00 a 28.15. Nucci y Machaidze. Producción más actual, con el incombustible barítono italiano y la joven soprano rumana, que cuenta con una voz muy atractiva (no sólo la voz).



Mi Milnes y mi Sutherland, voces que empastan con suma naturalidad. Una delicia.

Bruson y Rost, controlados por Muti. Difícil aburrirse con Bruson por todos los recursos expresivos y la carga dramática que le aporta a Rigoletto. Rost nos ofrece una Gilda de muy bello timbre, con cierto volumen, muy apetecible de escuchar.


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