domingo, 21 de julio de 2013

La Traviata (III). Violetta se encuentra algo indispuesta.

Después del Brindis Violetta se encuentra pachucha, y no es acidez de estómago por tanto comer sino que le faltan fuerzas. Como no soy médico desconozco el porqué, aunque conozco bien el final y sé lo que le pasa. Esto en el XIX no se arreglaba con antibióticos porque no existían.

Se aparta de la fiesta a una habitación para intentar recuperarse y allí se queda Alfredo con ella a solas. Ella se muestra sorprendida de su presencia, y él le dice que va a cuidar de ella, que no puede llevar una vida así.

Fijaos que el recitativo está integrado en la escena, en la fiesta, que no deja de sonar hasta el dúo. La acción continúa, fluye. El dúo es bien corto y sin cabaletta, pero bien ligerito sobre todo para ella, exige algo de coloratura, una delicia verdiana.

Netrebko y Villazón, en el "recitativo"
http://www.youtube.com/watch?v=rkC1GKb_v2I

                                                      Caballé y Bergonzi


Callas y Kraus


(Se oye música de una sala contigua)

¿qué es eso?

VIOLETA
¿No queréis bailar ahora?

TODOS
Buena idea. Aceptamos con placer.

VIOLETA
Entonces, salgamos.

( se dirigen hacia la puerta del medio,
pero Violeta palidece de repente).

¡Oh!

TODOS
¿Qué os pasa?

VIOLETA
Nada, no es nada.

TODOS
¿Por qué os paráis?

VIOLETA
Salgamos...

(Ella da algunas pasos, pero no 
puede más y se sienta.)

¡Dios mío!

TODOS
¡Otra vez!

ALFREDO
¿Os encontráis mal?

TODOS
¡Oh cielos! ¿qué pasa?

VIOLETA
Estoy temblando; 
disculpadme e ir...

(señala el otro salón)

Yo iré en un momento.

TODOS
Como queráis

(todos pasan a otra sala menos
Alfredo que permanece dentro)

Tercera Escena

VIOLETA 
(mirándose en un espejo)
¡Estoy pálida!

(se da la vuelta y ve a Alfredo.)

¿Vos aquí?

ALFREDO
¿Os encontráis mejor?

VIOLETA
Me siento mejor.

ALFREDO
Os vais a matar
por vivir de esta forma...
Es necesario que cuidéis de vos misma.

VIOLETA
¿Y cómo podría hacerlo?

ALFREDO
Si estás junto a mí,
yo seré el guardián
de vuestra tranquilidad.

VIOLETA
¿Qué dices?
Nadie cuidará de mí.

ALFREDO 
(con ardor)
Es que nadie os ama en el mundo.

VIOLETA
¿Nadie?

ALFREDO
Nadie, salvo yo.

VIOLETA
(riendo)
Es verdad,
yo ya he olvidado un gran amor.

ALFREDO
¿Os reís?...¿no tenéis corazón?

VIOLETA
¿Un corazón?. Sí, tal vez.
¿Por qué me lo preguntáis?

ALFREDO
¡Ah!, si así es,
no podéis reíros de mí.

VIOLETA
¿Habláis en serio?

ALFREDO
No os engaño.

VIOLETA
¿Me amáis desde hace mucho?

ALFREDO
Desde hace un año.
Un día feliz, ligera
pasasteis junto a mí,
y desde ese día,
yo he amado sin el saber
de este amor que es la inspiración
del universo entero,
misterioso y noble,
cruz y delicia para el corazón.

VIOLETA
¡Ah! Si es verdad iros...
Solo puedo ofreceros una amistad pura
yo no sé amar y no puedo aceptar
su heroico amor.
Soy franca y sincera;
debéis buscaros otra.
Para entonces,
no os será difícil olvidarme.