lunes, 1 de julio de 2013

Il trovatore (II). Historias para no dormir.

Ferrando, capitán de la guardia del Conde de Luna, cuenta a los soldados para entretenerlos las historietas del castillo. El Conde de Luna tenía dos hijos. Uno de ellos, siendo un bebé, fue visto por una gitana, que supuestamente le echó mal de ojo. Echaron a la gitana a empujones y gritos por el peligro que podría suponer la brujería. Efectivamente, el bebé enfermó al poco tiempo. Por ello quemaron a la bruja en la hoguera, quien pidió a su hija Azucena que le vengara. Azucena, por lo tanto, raptó al niño y lo quemó en la hoguera (más adelante puntualizaré este asunto, que es el meollo). El Conde viejo murió después de pedir que siguieran en la búsqueda de su hijo, pues aún pensaba que seguía vivo.

El narrador Ferrando mete miedo comentando que el espíritu de la gitana abrasada sigue pululando por el castillo, tomando la figura de búhos o lechuzas.

No es uno de los 4 protagonistas de Il Trovatore, aunque su presencia para introducir al espectador es imprescindible, porque si no se entiende esa historia no merece la pena en esforzarse en el resto de la trama.

Ferrando se considera un 5º personaje. Es un bajo, con buena agilidad para esas frases cortas y secas, en tono menor, que recorren esa especie de aria.

Se me olvidó comentar, y esto es clave, que la acción se desarrolla en Zaragoza y Vizcaya, en el siglo XV, en el contexto de la batalla entre Fernando I y Jaime II.

El bajo Ellero D'Artegna, con Mehta a la batuta, Firenze (también), 1991.

http://www.youtube.com/watch?v=-ItwIf25Ey8&list=PL10D6AAF27BA36BE2


Repito que tomo mucha información de este blog para elaborar mis comentarios.
http://jbgprada.blogspot.com.es/2008/04/il-trovatore.html

18ª: Il Trovatore (1853). LA ÓPERA

Il Trovatore se estrenó en el Teatro Apollo di Roma el 19 de enero de 1853 (cómo pasa el tiempo, parece que fue ayer).

Es un drama romántico de 4 actos, con libretto de Salvatore Cammarano acabado por Baldarre, inspirado en El trovador, obra teatral del dramaturgo español Antonio García Gutiérrez estrenada en 1836.

Si tuviera que llevarme una grabación de ópera a una isla desierta, ésa sería alguna de Il Trovatore. No sólo tengo una adhesión visceral o sentimental a esta ópera sino también racional, que trataré de expresar a lo largo de las próximas tres semanas para que podáis participar, si lo consigo, de esa adhesión.

Quizá fue la primera ópera que medio consciente (no del todo) escuché, pues la película de los Hermanos Marx, Una noche en la ópera, versa sobre unas representaciones de Il Trovatore en NY. Cosas del destino. Cuando descubrí esa película, que por entonces tenía unos 7 u 8 años, casi no sabía lo que era la ópera más allá que unos gordos cantando fuerte, pero no mostraba ningún interés. Era una película que por entonces veía con frecuencia, ya que adoraba y adoro a Groucho, Chico y Harpo (también estaba Zeppo, tremendamente soso). Ya a los 16 tuve mi primer contacto serio con la ópera, y no fue hasta el 24 de agosto de 2008 cuando compré y vi un DVD de Il Trovatore, el dirigido por Karajan en Viena, 1978. No llegué a tener el Stendhal, aunque sí estaba tremendamente extasiado. Tanta belleza melódica concentrada no era posible. ¿Esto existía y hasta hoy no me había dado cuenta?

Hoy, casi 5 años después, con decenas de óperas en "mi repertorio" de aficionado, sigo pensando indudablemente que Il Trovatore es mi ópera de cabecera, la primera señora indiscutible de mi lista. Me di cuenta que Verdi era un camino necesario de explorar, y espero no terminar nunca de conocerlo.

Así, me produce algo de vértigo hablar de esta obra maestra por el respeto profundo que le tengo. Me dejaré cabos sueltos, algunos elementos esenciales que no haya sabido valorar, aunque mi intención es la mejor posible.

El estreno romano fue un éxito abrumador. Verdi tuvo que salir a saludar unas 10 veces, le regalaron una corona de laureles, le seguían a la salida hasta su casa tocando música de sus óperas...Verdi ya era antes de cumplir los 40 un ídolo, de nuevo confirmado por Il Trovatore.

Hay cierta discrepancia sobre si Il Trovatore supone o no un paso más en la evolución verdiana, y existen ciertas críticas negativas hacia su argumento.

En primer lugar, tras las óperas "burguesas" Luisa Miller, Stiffelio y Rigoletto, Verdi vuelve a un argumento romántico de "capa y espada", más cercano a Ernani o I Masnadieri que a Rigoletto. La estructura es de nuevo cerrada, delimitando bien las arias, dúos, sus cabalettas y las escenas de coro. Vuelta a la tradición en este sentido. Verdi señaló lo que sigue: "Creo, si no me equivoco, que hice bien; pero de todos modos he hecho lo que sentía, tal y como me lo dictó la inspiración".

Grandes críticos y músicos han alabado a esta obra maestra. El director Gavazzeni: "Il Trovatore es la Pasión según San Mateo italiana"; el musicólogo Massimo Mila: "en Il Trovatore está presente al máximo lo que Verdi denominaba "color", ese gusto nocturno señalado por el musicólogo Baldini o ese aspecto  áspero, tenebroso y oscuro advertido ya en I Masnadieri. Se trata de un color de fuego, un color aventurero y zíngaro que envuelve como una aureola a los personajes de Manrico y Azucena"; otra frase de Mila que me ha divertido: "Esta ópera se ha convertido en el test del fanatismo verdiano, en la bandera de combate de los verdianos puros que desconfían de la madura perfección de Otello o de Falstaff y reconocen en Il Trovatore un Verdi en estado puro, intocado aún por la influencia intelectualizante de Arrigo Boito".

El libretto se ha convertido en un ejemplo de las contradicciones teatrales, porque sinceramente las hay, y por ello es complicado de llevar a escena. Por otro lado, contempla más escenas informativas que activas, a diferencia de Rigoletto. Es decir, buena parte de la ópera trata de narrar por los cantantes lo que ha sucedido en el pasado, ya sea remoto o reciente, o de anunciar que existe un peligro, pero en otro lugar. En Rigoletto se ve perfectamente cuándo y por qué Monterone maldice a Rigoletto, cómo entra el Duca a casa de Rigoletto/Gilda, cómo la raptan...Por ello resulta muy compleja de entender sin haberse leído antes el argumento o directamente el libretto en casa.

Están presentes todos los elementos de un drama romántico que nos podamos imaginar: gitanos, magia, brujería, castillos, ruinas, religión, nobles con capa y espada, bosques oscuros, noche y fuego, amor imposible, venganza, ira, desesperación, agonía, veneno, y por último muerte, y varias.

En el aspecto musical, como ya he avanzado, Il trovatore es portadora de una estructura bien cerrada y compartimentada, que hace más sencilla una visión general y específica al mismo tiempo de la ópera. Las melodías son pura delicia, de una inspiración sin límites, con los colores que aludía Mila tan genialmente plasmados. Ahora bien, necesitamos cantantes: los 4 mejores cantantes del mundo, como dijo Toscanini, o Caruso, o Karajan (en cada sitio he leído algo distinto). Tenor, soprano, mezzo y barítono forman un equilibrio, son los 4 protagonistas. Se inclina la balanza ligeramente hacia el tenor o la mezzo, aunque sin quitar importancia a soprano y barítono, naturalmente. Es quizá por ello, por lo equilibrada, por lo "musical" y exigente, por lo que la coloco la primera.

Empezamos con el brevísimo preludio, poco más de un minuto, integrado en la primera escena. De 2.10 a 3.30. Muti dirige en Firenze, año 1977.

http://www.youtube.com/watch?v=rP9hpxLZCGk