martes, 12 de marzo de 2013

I due Foscari (XI). Se demuestra la inocencia de Jacopo demasiado tarde.

Un mensajero anuncia al Doge que el verdadero asesino ha reconocido su culpa, por tanto (así, sin juicio ni nada) se demuestra que Jacopo es inocente y su padre salta de alegría. Pero le dura poco, pues Lucrezia entra informando de que Jacopo ha muerto de dolor camino del destierro.

Ella, lejos de ponerse plañidera, saca toda su furia y pide "vendetta". Ahí Verdi le entrega a Lucrezia una segunda aria con forma de cabaletta tan complicada como la anterior.