miércoles, 31 de julio de 2013

La Traviata (XIII). Germont padre se avergüenza de Alfredo. Gran final de acto.

Oh casualidad casualidad, aparece Giorgio Germont que lo estaba contemplando todo entre el público. ¿Qué pintaba Germont en la fiesta si no estaba invitado, además de algún cuadro? Se avergüenza de su hijo, del que dice que no lo ve, que ese no es su hijo, no es su Alfredo. Violetta pide que algún día se dé cuenta de su enorme sacrificio. 

Comienza cantando secamente el padre, para continuar con tristeza aunque en tono mayor, a lo que le sigue Alfredo arrepintiéndose con frases cortantes e incisivas. Violetta, pobre desdichada, dulcifica y pone en marcha el conjunto de este grandioso final de Acto II, en compás ternario, con frases largas y crecientes. Glorioso (en la segunda versión, claro).



Quede bien claro que Hampson me parece un mal cantante, y si pongo esta producción es por el buen hacer de la Netrebko y los subtítulos.


Sin embargo mi Traviata es ésta, con Milnes, Caballé y Bergonzi, a años luz de la anterior.