martes, 31 de diciembre de 2013

Fin del trayecto.

He cumplido mi compromiso. Aunque a trompicones en la última fase, he logrado mostraros todas las óperas de Verdi, si bien no el conjunto de su obra. Era mi objetivo, maridándolas con quesos, mi alimento fetiche por excelencia.

¿Por qué Verdi?

Porque Verdi te conforta, te abriga en las noches frías, te consuela ante la tristeza o la apatía, te saca lo mejor de ti, te aporta energía, electricidad, drama, te disipa los malos pensamientos, te mima como a un niño, se interesa por ti, hace que los buenos momentos que vives se conviertan en algo apoteósico. Verdi nunca te abandona, es un amigo de los de verdad.

Es por ello que aun construyendo y desarrollando este blog, diseñando mi famosa camiseta, escuchando Verdi a diario marginando a otros grandes compositores (aproximadamente será el 80% de la música que he escuchado este año), asistiendo a los mejores eventos verdianos (dentro de mis posibilidades) de España y de Italia, divulgando Verdi entre mis allegados, sustituir a San José en el Belén por el Maestro, no me siento satisfecho. Verdi se merece más de lo que he podido, o se me ha ocurrido, brindarle a modo de homenaje. Al mismo tiempo, a nivel mundial no se han colmado mis expectativas. Ha faltado una película basada en Verdi a lo grande, como la tuvo Mozart, y sobre todo una apuesta por sus óperas menos concurridas, que han vuelto a ser olvidadas en pro de los Rigoletto, Traviata y Aida de siempre. ¿Para qué ha servido entonces el año Verdi, que tanto esperábamos, si no se ha aprovechado con el fin de programar Attilas, Lombardis, Foscaris, Giovannas, Vespris y Forzas por doquier, relegando a las óperas más vistas, con repartos de lujo? Quizá se ha optado por lo seguro, por lo fácil, por lo que ya está hecho y reciclado. Una pena, porque Verdi no se reduce a 5 ó 6 óperas.

Volviendo al blog, he de incidir que otro objetivo no alcanzado no es sino haber pretendido enfocar el blog más hacia la conversación que hacia el monólogo. Agradezco a los lectores que me hayan seguido, y al mismo tiempo lamento no haber conocido sus preferencias, sus puntos de vista, sus sugerencias. Apenas he recibido comentarios de algunos grandes amigos y familiares, que en general nunca hablaban del fragmento concreto que tocaba ese día, ni de lo que había escrito, sino de otro asunto no relacionado con Verdi. Agradezco a ellos, no obstante, haber mostrado interés por los quesos.

Y si el bicentenario verdiano acaba aquí, os recuerdo que Verdi no ha muerto. Vive en los teatros CDs, en los iPod, en nuestra memoria. Yo estoy dispuesto a seguir defendiendo la música de Verdi allí donde vaya. Nunca me quedaré sin fuerzas.

Gracias Verdi. Gracias.

Viva VERDI!

2 comentarios:

  1. Querido Sergio,debes sentirte muy satisfecho de tu esfuerzo.Has construído un blog original,interesante y muy bien documentado.Ha sido una delicia leerte estos meses y degustar lentamente pero con intensidad a Verdi como si fuera un queso.Yo te aseguro que he aprendido mucho. Y además el fruto de tu trabajo permanecerá aquí a disposición de quien vuelva a necesitar consultar algo.Nos has legado realmente una enciclopedia verdiana para que de ahora en adelante tengamos a nuestro alcance lo que necesitemos saber sobre Verdi y su obra,desde tu óptica de profundo,agudo y entusiasta conocedor de este músico incomparable.
    Espero con impaciencia tu próxima empresa músico-gourmet.
    Un abrazo
    Aurelia Salvador

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  2. Gracias Aurelia por tus elogios. Simplemente quería mostrar de forma modesta la genialidad de Verdi para aquel que aún no haya tenido la oportunidad de conocerla, y por supuesto a quien ya conociéndolo, como es tu caso, descubra sus obras menos concurridas y no por ello de menor calidad, aquellas que ni la mayoría de aficionados operísticos han tenido interés en olerlas, bien por frecuentar otras ramas, bien por considerar que hay que centrarse en las "básicas". Me satisface enormemente, pues, que te haya sido útil el contenido del blog, y que cuando asistas a una ópera verdiana puedas contar aquí con unas líneas generales y "masticadas" para disfrutarla enmayor medida, porque desde mi corta experiencia entiendo que es preferible haberse informado antes de la ópera que lanzarse a la sorpresa. Una ópera, como sabes, es un espectáculo conjunto integrada por la música, la interpretación de la orquesta, la de los cantantes, la interpretación teatral, el texto y la escenografía. Un sinfín de elementos a tener en cuenta que, nos "obligan" a conocer al menos la música y el texto para poder concentrarnos en el resto en el momento de la representación, porque de no ser así hasta el aficionado más habituado se perdería.
    Gracias Aurelia de nuevo, y para cualquier material discográfico verdiano que necesites, ya sabes dónde estoy.
    Un abrazo.

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