viernes, 13 de diciembre de 2013

Otello (XIII). Desdemona, desolada, reza. Gran escena (I)

Acto IV
Habitación de Desdémona. Una lámpara iluminada enfrente de una imagen de la Virgen María.
Desdémona y Emilia están preparándose para irse a la cama. Desdémona le pide a Emilia que le ponga el traje que usó en su noche de bodas. Desdémona recuerda cómo su madre tuvo una criada llamada Barbara, quien se enamoró de un hombre pero enloqueció cuando él la abandonó (Desdémona: Piangea cantando nell’erma landa / "Cantando, ella lloraba sobre la tierra yerma", también conocida como la "Canción del sauce"). Después de que Emilia se marche, Desdemona reza (Ave Maria) y luego se duerme.

Sin duda una de las más brillantes escenas escritas por Verdi para soprano.

Mirella Freni



Renata Tebaldi



Victoria de los Ángeles


EMILIA 
Era più calmo?

DESDEMONA 
Mi parea. M'ingiunse 
di coricarmi e d'attenderlo. Emilia, 
te ne prego, distendi sul mio letto 
la mia candida veste nuziale. 

(Emilia eseguisce)

Senti. 

(con passione) 

Se pria di te morir dovessi 
mi seppellisci con un di quei veli.

EMILIA 
Scacciate queste idee.

DESDEMONA 
Son mesta, tanto, tanto.

(sedendo macchinalmente 
davanti allo specchio)

Mia madre aveva una povera ancella, 
innamorata e bella. 
Era il suo nome "Barbara." 
Amava un uom che 
poi l'abbandonò; cantava 
un canzone: 
"la canzon del Salice."

(A Emilia) 

Mi disciogli le chiome...
Io questa sera ho la memoria piena 
di quella cantilena...


"Piangea cantando 
nell'erma landa, 
piangea la mesta...

(come una voce lontana) 

O Salce! Salce! Salce! 
Sedea chinando 
sul sen la testa! 
Salce! Salce! Salce! 
Cantiamo! Cantiamo! 
il Salce funebre 
sarà la mia ghirlanda."

(ad Emilia, parlante) 

Affrettati; fra poco giunge Otello. 

(Riprendendo la canzone)

"Scorreano i rivi fra le zolle in fior, 
gemea quel core affranto, 
e dalle ciglia le sgorgava il cor 
l'amara onda del pianto. 
Salce! Salce! 

(come un'eco) 

Salce! 
Cantiamo! Cantiamo! 
Il Salce funebre 
sarà la mia ghirlanda. 
Scendean 'augelli a vol dai rami cupi 
verso quel dolce canto. 

(con espressione.)

E gli occhi suoi piangean tanto, tanto, 
da impietosir le rupi."

(a Emilia, levandosi 
un anello dal dito)

Riponi quest'anello. 

(alzandosi) 

Povera Barbara! Solea la storia 
con questo semplice suono finir: 

"Egli era nato per la sua gloria, 
io per amar..."

(ad Emilia, parlante)

Ascolta. Odo un lamento. 

(Emilia fa qualche passo)

Taci. Chi batte a quella porta?

EMILIA 
E il vento.

DESDEMONA 
(dolce) 
"Io per amarlo e per morir...

(dolcissimo) 

Cantiamo! Cantiamo! 

(come una voce lontana) 

Salce! Salce! Salce! "
Emilia, addio. 
Come m'ardon le ciglia! 
È presagio di pianto. Buona notte. 

(Emilia si volge per partire. Con passione) 

Ah! Emilia, Emilia, 

(Emilia ritorna e Desdemona l'abbraccia)

addio, Emilia, addio! 

(Emilia esce. 
All'inginocchiatoio)

Ave Maria, piena di grazia, eletta 
fra le spose e le vergini sei tu, 
sia benedetto il frutto, o benedetta, 
di tue materne viscere, Gesù. 
Prega per chi adorando a te si prostra, 
prega nel peccator, per l'innocente, 
e pel debole oppresso e pel possente, 
misero anch'esso, tua pietà dimostra. 
Prega per chi sotto l'oltraggio piega 
la fronte e sotto la malvagia sorte; 
per noi, per noi tu prega, prega 
sempre e nell'ora della morte nostra, 
prega per noi, prega per noi, prega. 

(Resta ancora inginocchiata e appoggiando 
la fronte sull'inginocchiato io ripete 
mentalmente l'orazione di cui non s'odono 
che le prime e le ultime parole)

Ave Maria... 
nell'ora della morte. 
Ave!... Amen! 





EMILIA
¿Estaba más tranquilo?

DESDÉMONA
Así me pareció. Me pidió 
que me fuera a dormir y le esperara. 
Emilia, te ruego que extiendas 
sobre mi lecho mi traje de novia.

(Emilia lo hace)

Escucha. 

(Con pasión)

Si muero antes que tú, quiero que me
entierres con uno de estos velos.

EMILIA
¡Desechad tales ideas!

DESDÉMONA
¡Estoy tan triste. tanto, tanto!

(sentándose maquinalmente 
delante del espejo)

Mi madre tenía una pobre doncella,
era muy bonita y estaba enamorada;
se llamaba "Bárbara".
El hombre a quien amaba
después la abandonó. 
Solía cantar una canción:
"la canción del sauce."

(a Emilia)

Destrenza mi pelo...
esta noche no hago más que pensar
en esa canción...
"Lloraba, cantando 
en el desolado yermo,
la pobre desgraciada lloraba:

(Con voz lejana)

¡Oh, sauce, sauce, sauce!
Estaba sentada con la cabeza
reclinada sobre el pecho.
¡Oh, sauce, sauce, sauce!
¡Cantemos, cantemos! 
El fúnebre sauce
será mi corona."

(hablando a Emilia)

Apresúrate. Otelo no tardará.

(reanudando la canción) 

"El agua corría entre orillas floridas; 
la pobre desgraciada 
murmuraba tristemente 
y brotaban las lágrimas de sus ojos. 
¡Oh, sauce, sauce, 

(Como un eco)

¡Sauce! 
¡Cantemos, cantemos! 
El fúnebre sauce 
será mi corona. 
Los pájaros descendían 
de las sombrías ramas la dulce canción.

(Con rapidez)

Y ella lloraba con tal desconsuelo 
que a las piedras compadecía."

(quitándose un anillo 
del dedo, a Emilia)

Guarda este anillo.

(Levantándose)

¡Pobre Bárbara! 
Solía acabar así su historia 

"El nació para su gloria
y yo para amar..."

(A Emilia, hablando)

Escucha... oigo un lamento. 

(Emilia da algunos pasos)

Calla. ¿Quién llama a la puerta?

EMILIA
Es el viento.

DESDÉMONA
(con dulzura)
"Y yo para amarle y morir

(Con mucha dulzura)

¡Cantemos, cantemos.!

(Con voz lejana)

¡Oh sauce, sauce, sauce!"
¡Adiós, Emilia!
Cómo me queman los párpados. 
Presagian el llanto. Buenas noches.

(Emilia se dispone a retirarse)

¡Ah, Emilia, Emilia!

(Emilia vuelve y se abrazan)

¡Adiós, Emilia, adiós!

(Emilia se retira. Desdémona se acerca 
al reclinatorio y se arrodilla.)

Dios te salve María, llena de gracia,
bendita tú entre todas las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Ruega por todos los que se arrodillan,
ruega por el pecador y el inocente,
por el oprimido, el débil y el fuerte,
que también es desgraciado.
Ruega por cuantos inclinan su cabeza
a la infamia y al ultraje.
Ruega por nosotros siempre 
y en la hora de nuestra muerte,
ruega por nosotros, 
ruega por nosotros, ruega.

(Permanece arrodillada en el
reclinatorio, repitiendo la plegaria,
de la que sólo se oyen las primeras 
y las últimas palabras.)

¡Dios te salve María!... 
En la hora de nuestra muerte, 
¡Dios te salve!... Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario