domingo, 26 de mayo de 2013

Luisa Miller (III). Miller no se fía del amante de su hija. Duelo de barítonos.

Ante la llegada de Rodolfo (que se hace llamar Carlo) para pedir la mano de Luisa, aparece Wurm para decirle a Miller, padre de Luisa, que él estaba primero. Como es rechazado por Luisa, le revela al padre la verdadera identidad del tal Carlo: es Rodolfo, hijo del Conde Walter. Miller ve entonces justificada su preocupación, terreno perfecto para que Verdi nos regalara una hermosísima cabaletta (ah fu giusto il mio sospetto).

Miller es otra creación paternal verdiana. Nuestro compositor se mostró especialmente interesado por la figura del padre, definiéndola de manera distinta en cada ópera en la que aparece. La mayoría de las veces el padre verdiano es un barítono, para diferenciarlo del amante y apuesto tenor por un lado, y para imprimirle algo de autoridad, solera y profundidad, características que se asocian más fácilmente con una voz intermedia que con una aguda de tenor. Para un barítono, cantar un padre verdiano es toda una aspiración, puesto que son papeles clave dentro del repertorio operístico italiano: Nabucco, Foscari, Rigoletto, Monforte (I Vespri Siciliani), Boccanegra, por citar los más significativos, junto con Miller.

Los candidatos que os propongo son los que siguen:

1. Milnes, con ese timbre vocal tan bello y genialmente proyectado, hacia afuera, tierno y sensible al mismo tiempo, para mí se convierte en el Miller idóneo. Remata con un sólido agudo, como es habitual en él. Subt en español.

2. Cappuccilli. Quizá por el peor sonido sea más complicado apreciar lo que nos regala, si bien lo conocemos mucho en este blog.




3. Renato Bruson.



4. Corneil Macneil.



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