lunes, 15 de julio de 2013

Il Trovatore (XVIII). Azucena está a dos velas en el calabozo. ¡Cantagrullas!





















































En el calabozo donde se encuentran Azucena y Manrico, éste intenta consolarla para
que sufra lo menos posible. Dice que no puede dormir. Podría contar ovejitas, o directamente
tomarse un orfidal si la situación es extrema.




Zajic y Pavarotti.


http://www.youtube.com/watch?v=RwYP2r3Oi2c


Cossotto y Bergonzi, absolutos. Esta melodía la empleará Verdi para el final, que mañana escucharemos



Queso que acabo de comprar esta tarde: Cantagrullas Peral, de Valladolid. Cremoso, pasta blanda, sin el dulzor del Peñablanca, algo más amargo. Un espectáculo.




Escena Segunda

(Obscuro calabozo. A un lado hay
una ventana con barrotes. Puerta 
en el fondo. Un mortecino farol 
cuelga del techo. Azucena está 
echada sobre una manta. Manrique 
se sienta junto a ella)

MANRIQUE
Madre... ¿no duermes?

AZUCENA
Varias veces le he llamado
pero el sueño huye de mis ojos...
Rezo.

MANRIQUE
¿El aire frío 
te molesta quizá?

AZUCENA
No; de esta tumba de vivos 
sólo huir quisiera.
¡Siento que me ahogo!

MANRIQUE 
¡Huir!  

AZUCENA 
No te entristezcas;
quemarme no podrán los crueles.

MANRIQUE
¿Por qué dices eso?

AZUCENA
Mira... Su huella terrible,
ha estampado ya en mi frente
el dedo de la muerte.

MANRIQUE
¡Por favor!

AZUCENA
Encontrarán un cadáver mudo,
helado... más bien un esqueleto.

MANRIQUE
¡Por Dios, calla!

AZUCENA
¿No oyes?... gente se acerca...
Los verdugos son... 
quieren a la hoguera llevarme...
¡Defiende a tu madre!

MANRIQUE
Quienquiera que sea,
te lo aseguro, aquí no viene.

AZUCENA
¡La hoguera!
¡Palabra horrenda!

MANRIQUE
¡Oh madre!... Oh madre!

AZUCENA
Un día turba feroz a tu abuela 
llevó a la hoguera... 
Mira las terribles llamas 
¡La tocan ya! 
¡Ya le arde el cabello!
Y al cielo envía chispas.
Observa sus pupilas.
¡Fuera de las órbitas están! 
¡Ay! ¿Quién me libra 
de espectáculo tan horrible?

(Cae en brazos de Manrique)

MANRIQUE
Si me amas, 
si la voz de tu hijo
poder tiene sobre tu corazón,
detén los terrores del alma
olvido busca en el sueño 
y descansa en paz.

AZUCENA
Sí, el cansancio me oprime,
oh hijo...
Al sueño yo me entregaré...
Pero si de la hoguera arder ves
la horrenda llama, 
despiértame.

MANRIQUE
Reposa, oh madre. Dios conceda
la ausencia de tristes imágenes 
a tu sueño.

AZUCENA 
(Entre sueños)
A nuestros montes... volveremos...
La antigua paz... allí gozaremos...
Tu cantarás acompañado de tu laúd.
Con sueño plácido... yo dormiré.

MANRIQUE
Reposa, oh madre; 
yo devoto y mudo
el corazón al cielo volver.

2 comentarios:

  1. Un placer pasarme por aquí, Sergio. ¡Saludos!

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  2. Me alegro de que así sea. Una curiosidad Juan Pedro, ¿por qué no hablas de Verdi en tu blog, aprovechando que estamos en el Bicentenario? ¿Cuál es tu ópera verdiana favorita? Por otra parte, felicidades por tu blog, muy original. ¡Un saludo!

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