sábado, 16 de noviembre de 2013

Aida (VIII). Conflicto entre mujeres. Dúo de Amneris y Aida.

La princesa Amneris descansa y coge fuerzas en sus aposentos, rodeada de un servicio de alta categoría, suspirando por su amado Radamés.

Se acerca Aida, y la poderosa princesa se dispone a charlar con ella distendidamente, no sin cierta tensión, para a continuación inquirirle sobre si ama a Radamés. Como no tiene un pelo de tonta, le dice que el líder militar egipcio ha muerto en una batalla para comprobar en efecto la reacción desesperada y angustiosa de Aida, y comentarle inmediatamente que le ha engañado con el fin de que se retacte ante ella. Empieza a humillarla, tanto que Aida, ya arrodillada, no se levanta del suelo por falta de fuerzas. Se escucha un coro que anuncia la celebración por la victoria de los egipcios, y Amneris, siempre orgullosa, le advierte a la propia Aida que ella estará sumida en el polvo mientras la princesa se sentará en el trono junto al Rey. Chincha revincha.

Escena de Amneris con coro y danza, que desemboca en el gran dúo de las dos rivales. No ha sido una tónica frecuente en Verdi los dúos entre mujeres, como sí observamos en Mozart, Rossini, Bellini o Donizetti (así a primera vista no se me ocurre un dúo verdiano entre mujeres extenso y bien delimitado salvo éste), con lo cual supone una novedad más a sus casi 60 años. 

El dúo retrata y contrasta los perfiles e intenciones de cada una de ellas. La música pone perfectamente de manifiesto la estrategia de Amneris: conciliadora y amistosa al principio, astuta al anunciar falsamente la muerte de Radamés, celos y odio cuando Aida lo confiesa todo, victoriosa al pensar que tiene la miel en los labios y que Aida se muestra débil e indefensa. Claramente, la orquesta se muestra aquí de parte de la egipcia, que domina y maneja como quiere a la esclava. Como colofón, Aida vuelve a invocar a los dioses con la misma melodía que empleó al final de su aria primera, Ritorna vincitor. 

La tensión ha estallado.


De 42.30 a 58.30. Dolora Zajick demuestra que es la Amneris de las últimas décadas, y Millo desarrolla un canto de manual, impecable, con un papel que le viene como anillo al dedo. El clima teatral de Levine en el foso es apabullante.

Cossotto y Caballé, gloriosas, con una Montse que detiene el tiempo a partir de 8.45.

No hay comentarios:

Publicar un comentario