1. Rigoletto: Milnes
Gilda: Sutherland
Duca: Pavarotti.
Sparafucile: Ghiaurov
Dirige Bonynge, 1971. Todo está dicho sobre este trío protagonista, y es por lo que me quedo en primer lugar con esta grabación.
2. R: Bruson
G: Andrea Rost
D: Roberto Alagna
S: Kavrakos
Dirige Muti, 1994. Es la que he ido poniendo en estos días, que está también grabada en CD
3. R: Bastianini
G: Scotto
D: Kraus
S: Vinco
M: Cossotto
Dirige Gavazzeni, 1961. Aunque es una grabación excepcional, no suelo escucharla tanto como las anteriores por diversos motivos. La calidad de sonido no es tan apetecible, no está bien cortada (las pistas son muy largas) y Scotto resulta a veces algo estridente. Por lo demás, Kraus es duca de referencia y Bastianini lo mismo con Rigoletto.
4. R: Fisher-Dieskau
G: Scotto
D: Bergonzi
S: Vinco
Dirige Kubelik, 1963. DF-D no es un Rigoletto al uso, hace una creación muy personal, que puede generar adhesión o no. Me parece que le falta autoridad y fuerza en su conjunto. Pero el atractivo es Bergonzi, y la dirección de Kubelik también.
5. R: Cappuccilli
G: Cotrubas
D: Plácido
Dirige Giulini, 1979. Versión muy redondeada, donde lo único que me "molesta" es Plácido porque si bien su interpretación es muy seductora, no asocio su timbre con el del Duca, es demasiado pesado para el personaje. la dirección es una de las mejores.
Hay cientos y cientos de grabaciones, pero con estas 5 que son excelentes creo que es más que bastante para iniciarse.
Mañana empezamos con Il Trovatore!!
viernes, 28 de junio de 2013
Rigoletto (XIX). Gilda...è moooorta! Ah la maledizioooooone.
Con algo de prisa porque cojo un autobús (o guagua para los canarios) rumbo a Sevilla para llegar esta noche al Rigoletto, he de narrar el final de esta obra maestra.
Bien, ya tenemos muerto, como en muchas óperas verdianas. Esta vez la soprano se ha sacrificado por el tenor, de lo cual se deduce que Gilda no es ya la niña mona del "Caro nome del mio cor..." sino que ha crecido, siendo capaz de morir para salvar a su amado, que tampoco es que le haga mucho caso por otra parte, ya que estaba coqueteando con Maddalena, como con otras tantas. Esto es precisamente lo que muchos autores comentan, que Gilda evoluciona por este sacrificio, respecto a lo cual discrepo porque me parece un acto totalmente inmaduro Pero a nuestra Gilda le da absolutamente igual. El objetivo es que su padre no culmine su vendetta. En mi opinión Gilda también ha demostrado su egoísmo ya que Rigoletto mata al Duque no únicamente por la deshonra que al bufón le ha causado sino sobre todo a su propia hija, y ésta, lejos de entender a su padre y ponerse de su parte, o intentar negociar, no le parece relevante el negro futuro de su padre, que será eternamente humillado. Quién sabe si se suicida más allá de la ópera, aunque lo primero sería pedir explicaciones a Sparafucile, quien estará ya bien lejos.
La escena es muy gráfica. Rigoletto, que se había ido a dar una vuelta para hacer tiempo, recibe de manos de Sparafucile el saco con el cadáver. Éste le mete prisa con la excusa de que no vaya a ser que lo pillen. Nuestro bufón saborea las mieles de la victoria, pensando que tiene a sus pies al Duque. Primero quiere abrir el saco para verlo, pero se muestra convencido de que está dentro. Repentinamente escucha a lo lejos "La donna è mobile" en voz del Duque y en un primer momento piensa que son fantasías, ilusiones nocturnas. Esa ilusión nocturna se prolonga más de la cuenta porque el Duque sigue cantando, y Rigoletto ya empieza a mosquearse, preguntándose quién habrá sido la víctima. Lo abre y ¡tachán!
El tercer dúo con Gilda es el de la muerte, con los pocos minutos que a ella le quedan, su último aliento. podrían haber llamado a una ambulancia en vez de estar allí lamentándose.
Ella se disculpa, recuerda a su madre, y Rigoletto llora desconsolado. Gilda muere finalmente, y Rigoletto grita (canta) eso de "La maledizioooooooneee", igual que al final del Acto Primero pero con más angustia y desasosiego.
Escuchar desde 1.51.00 hasta los aplausos.
Bien, ya tenemos muerto, como en muchas óperas verdianas. Esta vez la soprano se ha sacrificado por el tenor, de lo cual se deduce que Gilda no es ya la niña mona del "Caro nome del mio cor..." sino que ha crecido, siendo capaz de morir para salvar a su amado, que tampoco es que le haga mucho caso por otra parte, ya que estaba coqueteando con Maddalena, como con otras tantas. Esto es precisamente lo que muchos autores comentan, que Gilda evoluciona por este sacrificio, respecto a lo cual discrepo porque me parece un acto totalmente inmaduro Pero a nuestra Gilda le da absolutamente igual. El objetivo es que su padre no culmine su vendetta. En mi opinión Gilda también ha demostrado su egoísmo ya que Rigoletto mata al Duque no únicamente por la deshonra que al bufón le ha causado sino sobre todo a su propia hija, y ésta, lejos de entender a su padre y ponerse de su parte, o intentar negociar, no le parece relevante el negro futuro de su padre, que será eternamente humillado. Quién sabe si se suicida más allá de la ópera, aunque lo primero sería pedir explicaciones a Sparafucile, quien estará ya bien lejos.
La escena es muy gráfica. Rigoletto, que se había ido a dar una vuelta para hacer tiempo, recibe de manos de Sparafucile el saco con el cadáver. Éste le mete prisa con la excusa de que no vaya a ser que lo pillen. Nuestro bufón saborea las mieles de la victoria, pensando que tiene a sus pies al Duque. Primero quiere abrir el saco para verlo, pero se muestra convencido de que está dentro. Repentinamente escucha a lo lejos "La donna è mobile" en voz del Duque y en un primer momento piensa que son fantasías, ilusiones nocturnas. Esa ilusión nocturna se prolonga más de la cuenta porque el Duque sigue cantando, y Rigoletto ya empieza a mosquearse, preguntándose quién habrá sido la víctima. Lo abre y ¡tachán!
El tercer dúo con Gilda es el de la muerte, con los pocos minutos que a ella le quedan, su último aliento. podrían haber llamado a una ambulancia en vez de estar allí lamentándose.
Ella se disculpa, recuerda a su madre, y Rigoletto llora desconsolado. Gilda muere finalmente, y Rigoletto grita (canta) eso de "La maledizioooooooneee", igual que al final del Acto Primero pero con más angustia y desasosiego.
Escuchar desde 1.51.00 hasta los aplausos.
Nucci y Rancatore.
Aquí más ejemplos de la última frase "Gilda, è morta, la maledizioooone", casi todos con un La natural agudo, excepto Milnes que va más allá como siempre. Es muy interesante comparar esta partícula.
jueves, 27 de junio de 2013
Rigoletto (XVIII). Sparafucile no cumple su palabra y mata a quien no debe.
Mientras el Duca está atrapado y seducido por los encantos de Maddalena, Rigoletto pide a su hija que se vista de hombre, coja dinero y un caballo y que parta a Verona, donde se reencontrarán. Esto lo hace para estar más libre y así negociar con Sparafucile. Le paga algo por adelantado, y acuerdan en que se le entregará el cuerpo del Duca en un saco para que Rigoletto lo arroje al río con sus propias manos.
Maddalena, que también ha sido embaucada por el Duque, intenta convencer a Sparafucile que mate a Rigoletto, pero el sicario no lo va a hacer, pues es su propio cliente, y debe ser fiel a la palabra dada. Acuerdan en que el primer desconocido que entre pidiendo alojamiento será la inocente víctima.
Oportunamente, Gilda había regresado vestida de hombre, y llama a la posada para salvar al Duque. Sparafucile nada más abrir la mata y la mete en el saco.
Como podéis escuchar, Verdi ha optadp por ambientar esta escena con una tormenta, que crece y luego va amainando. El coro masculino simula el viento, las flautas la lluvia, la percusión los truenos...
Escuchar de 1.41.20 a 1.51
1.41.20
miércoles, 26 de junio de 2013
Rigoletto (XVII). Un cuarteto especial, con un ejemplo chocante.
Verdi ha dejado de manifiesto su genio en las escenas, coros, arias, dúos, tríos, conjuntos...y en los cuartetos. El más perfecto, proporcionado y apolíneo cuarteto verdiano que escucharse pueda, junto con el de Don Carlo (a mi juicio, naturalmente) es el de Rigoletto. Tenor-soprano-barítono-mezzosoprano. Simetría absoluta y participación de las 4 voces en múltiples combinaciones, con risas incluidas. No dejéis de escuchar el último vídeo, en el que la mezzo entra varios compases antes de tiempo, descoloca por completo al tenor componiendo una nueva edición crítica sobre la marcha del Quartetto de Rigoletto.
Pavarotti, Sutherland, Milnes, Tourangeau. Bonynge 1971.
Kraus, Scotto, Bastianini, Cossotto. Gavazzeni 1960
Domingo, Cotrubas, MacNeil, Jones. Levine 1977
Como curiosidad, Plácido haciendo aquí de Rigoletto y no de Duque, 35 años después
IMPRESCINDIBLE. La mezzo entra en 0.40, varios compases antes de tiempo, y el tenor no sabe cómo reaccionar. Lo mejor es que al final saben resolverlo, pero debió ser un minuto tremendamente duro para todo el reparto y la orquesta.
lunes, 24 de junio de 2013
Rigoletto (XVI). La donna è mobile
Acto III
Rigoletto se ha puesto ya a hacer gestiones, encargando a Sparafucile (el asesino a sueldo que salió en el primero acto) que mate al Duque, pero para ello tiene que convencer a su hija de que aquél a quien ama es un mujeriego y un promiscuo. Van hacia la casa de Sparafucile, donde en ese momento se aloja el duque porque Maddalena, hermana de Sparafucille, lo ha seducido. El bufón pretende que Gilda se dé cuenta que ha sido seducido por otra mujer, y es por ello por lo que se encuentra en esa casa. A pesar de todo, Gilda es muy cabezona y lo sigue amando.
Y aquí el aria más famosa para tenor del mundo, rivalizando con el Nessun dorma de Turandot y La furtiva lagrima de L'Elisir d'amore. Está tan trillada que no me gusta especialmente, pero bueno, forma parte de Rigoletto aunque sea la parte más floja (sin serlo) de esta obra maestra. Ya sabéis el mensaje: que la mujer es muy cambiante y ligera, muda de carácter y de pensamiento...
Kraus, Scotto, Bastianini, en Firenze, 1960. Un Kraus joven, excelso, aunque algo frío.
En 1998, un año antes de morir, a los 71 años, el Maestro la cantó en Madrid tal que así. Más entrega es imposible. Dio más de lo que tenía, como queriendo decir "aquí sigo, aún puedo cantar y os lo doy todo". Evidentemente los años no pasan en balde, y por ello el mérito y las ganas son mucho mayores aquí que en la grabación del 60.
El inevitable Pavarotti, que la cantaba allá donde iba. ¿Quién no se derrite ante su timbre dorado?
domingo, 23 de junio de 2013
Rigoletto (XV). Sì vendetta tremenda vendetta. Un puñao de Vendettas
La vendetta es quizá una de las cabalettas más electrizantes no sólo de Rigoletto sino de toda la producción verdiana. El patetismo de Cortiggiani y el llanto del dúo con Gilda hacen mayor el contraste con la Vendetta, donde Rigoletto estalla literalmente maldiciendo al Duque por todo lo que ha hecho. Gilda, que aún lo ama, pide piedad y perdón a su padre, pero éste tiene muy claro el asunto.
Dados su nervio y bravura es una pieza que a veces se bisa. Por si algunos no lo sabéis, el bis en la ópera es (o debe ser) algo excepcional, tiene que existir un clamor exagerado del público para que un cantante, como agradecimiento, se digne a bisar. Si lo hiciera sin ese aforo encendido podríamos pensar que es un soberbio y un creído, porque nadie le ha pedido que bise.
Ahora está muy de moda bisar vendettas por Leo Nucci, barítono que ya conocéis los que me seguís, lo cual ya parece premeditado, como si estuviera predispuesto a bisarla antes de cantarla. Hay un intenso debate sobre este asunto (¿bisar o no bisar? that's the question) ya que puede decirse por un lado que bisar interrumpe la tensión y el curso de la ópera, y que Verdi en ningún lugar escribió que se bisara. Por el otro se argumenta que si el público de una forma consensuada ha premiado clamorosamente al cantante o cantantes, ¿por qué no? Personalmente, defiendo que si el intérprete ha cantado excepcionalmente el aria/cabaletta y ha causado éxtasis o emoción en el público, me gusta como es natural escuchar aquello que tanto he braveado otra vez más. Ahora bien, distinto es lo que presencié aquí en Murcia en la función de Nabucco el pasado marzo, cuando casi sin dejar aplaudir al público se pusieron a bisar el "Va pensiero". No os creáis que fuera el coro de la ópera de Viena, o el de Valencia que es una maravilla, sino una compañia itinerante de quinta, que tampoco lo hizo mal pero de ahí al bis hay 30 pueblos. No me sentó nada bien ese bis y no volví a aplaudir al coro.
Vendettas las hay con mi bemol agudo de la soprano (opcional) o sin él, más o menos aceleradas, con el "un vindice avrai" más o menos largo, agudo o grave, con acelerón de la orquesta al final o sin él...De las que conozco os pongo mis favoritas. No me cansaré de escuchar buenas vendettas como estas.
Milnes y Sutherland, con el apuntador...
Cappuccilli, y una tal
Bruson y Rost, con Muti dirigiendo, sin agudos ¡of coruse!
MacNeil y Scotto, que empiezan suave pero el final es la locura.
Aquí las famosas vendettas nuccieras:
1: Con mi admirada Luciana Serra, en una de sus mejores funciones (de ambos) en Parma. Cómo alargan los agudos. El tenor es Kraus, y quiero conseguir ese DVD.
2. También en Parma pero en 2010 con Nino Machaidze. El bis no podía faltar.
Con Patrizia Ciofi en el Teatro Real, 2009, hace justo 4 años porque he leído que casualmente era 23 de junio. Fue el primer bis en el Real, el público estaba enfervorecido, fuera de sí. Tiene más sustancia si recordamos que Nucci cantó solo una o dos noches de las 18 programadas. Las funciones estaban resultando algo anodinas o correctas hasta que llegó Nucci y fue una revolución. Hasta dirigía desde el escenario!
Carlos Álvarez con Mosuc en 2003, Verona. Con bis. Muy chimpunera la orquesta al final...
Y por si os habéis quedado con hambre, aquí tenéis 5 más:
- Aldo Protti con Gabriella Tucci, 1961
- Dietrich Fisher-Dieskau con Renata Scotto, 1963. para muchos DFD es el mejor Rigoletto, de lo cual discrepo por su falta de arrojo e italianità
- Milnes con Sutherland, pero en estudio y sin apuntador, 1971
- Cappuccilli con Cotrubas, 1980
- Wixell con Gruberova, 1982
sábado, 22 de junio de 2013
Rigoletto (XIV). Estaba yo rezando en Misa y...
Entra Gilda, y su padre está esperándole como para darle en el culo, pero no es así. Gilda le cuenta resumidamente (a él y a nosotros) lo que pasó (Tutte le feste al tempio mentre pregava Iddio...estábamos en Misa y mientras rezaba...). El padre se pregunta "qué he hecho yo para merecer esto", por qué no recae la maldición sólo en mí y tiene que afectar a mi hija también. Se consuelan mutuamente en un dúo excelso, con tensión y amor fraternal a partes iguales. Verdi mezclaba como nadie los sentimientos humanos más reales. siempre he tenido debilidad por este dúo, como por todos los de barítono-soprano, porque pueden casar a la perfección estos dos registros. Fijaos que la orquesta hace poco, acompaña, subraya, ayuda a las voces, siempre respetándolas. Naturalmente, Rigoletto es una ópera de cantantes, de voces.
MacNeil con Cotrubas. Subtítulos en español. MacNeil está aquí algo mayor, no es lo que era en los 60, lo cual no quita que Rigoletto fue siempre uno de sus más queridos personajes. Cotrubas es una Gilda muy dulce, femenina y muy bien cantada.
De 19.00 a 28.15. Nucci y Machaidze. Producción más actual, con el incombustible barítono italiano y la joven soprano rumana, que cuenta con una voz muy atractiva (no sólo la voz).
Mi Milnes y mi Sutherland, voces que empastan con suma naturalidad. Una delicia.
Bruson y Rost, controlados por Muti. Difícil aburrirse con Bruson por todos los recursos expresivos y la carga dramática que le aporta a Rigoletto. Rost nos ofrece una Gilda de muy bello timbre, con cierto volumen, muy apetecible de escuchar.
¿Cuál os ha gustado más? ¡Comentad!
viernes, 21 de junio de 2013
Rigoletto (XIII). Rigoletto suplica a los cortesanos que le devuelvan a su hija. ¡Lazana!
Entra Rigoletto al palacio con un humor distinto al habitual. Empieza disimulando, con tristeza y enfado, canturreando, para continuar interrogando a algún cortesano. Finalmente estalla cuando le comentan que está allí su hija con "Cortigiani, vil razza dannata". Después del estallido se viene abajo para suplicar que le devuelvan a su hija, que lo es todo para él.
Renato Bruson. De 1.09.15 a 1.17.30
MacNeil, con subt en español.
Milnes. Para mí el mejor material vocal entre los Rigoletto que he escuchado.
Cappuccilli
Nucci, al que veré en Sevilla el próximo sábado
Queso asturiano que no conocía ni el nombre y me ha impresionado bastante. En textura es similar al Camembert y tiene un sabor suave.
Rigoletto (XII). Possente amor mi chiama. "Cabalettas"
Después de la exquisita aria del Parmi veder, viene un coro y una cabaletta, que muchas veces se suprime. No es tan buena como el aria, y raramente se aplaude por ello, porque los aplausos ya se han dado después del Parmi, teniendo también en cuenta que el coro que la precede es largo y puede quitar algo de tensión.
Naturalmente, el Re agudo no está escrito (menos mal), pocos pueden o quieren alcanzarlo. Tampoco habría necesidad de ello.
Pavarotti. Las risitas fastidian la escena, pero lo pongo para que se entienda la misma.
El Maestro en estado puro, con su Re coronando la cabaletta.
Bergonzi, más reflexivo y maduro, más señorial. Es otro punto de vista del habitual.
Alagna. De 1.05.40 a 1.09
Celso Albelo, al que veré en Sevilla el sábado próximo.
Flórez, con subtítulos en español. Excelente tenor actual, pero no es su papel (aunque no lo canta nada mal)
miércoles, 19 de junio de 2013
Rigoletto (XI) Parmi veder le lagrime. 5 tenores.
Acto II. Palacio del Duque de Mantua.
El Duque se muestra preocupado por Gilda, que hace ya que no la ve. Entonces los cortesanos le cuentan ufanados que han conseguido raptara la amante de Rigoletto. Claro, el Duque ata cabos y les regaña, porque no es la amante sino la hija. Pide que se la traigan y se la lleva a una habitación. A partir de ahí no se ve nada en escena.
1. Kraus, con explicación de Ricardo Cala en Clásicos Populares, aquel programa que me descubrió la ópera, y que desde hace 5 añosno se emite en RNE. El análisis naturalmente es mejor que lo que pueda yo decir del canto de Krausy las exigencias del aria.
2. Bergonzi
3. Pavarotti
4. Roberto Alagna
5. Juan Diego Flórez
Mañana pondremos cabalettas.
martes, 18 de junio de 2013
Rigoletto (X). Raptan a Gilda, y Rigoletto ni se entera.
Se acerca alguien por el callejón de Rigoletto. Son Marullo, Borsa y otros cortesanos, que van a raptar a la que creen amante de Rigoletto, que no es otra que Gilda. Oportunamente se tropiezan con Rigoletto, a quien Marullo le explica que van a raptar a la esposa de Ceprano, que vive en la misma calle. Como está tan oscuro él, ingenuo, se lo cree. Lo enmascaran como ellos y aprovechan para vendarle los ojos. Él se dispone a colaborar en el rapto, en el de su propia hija. Se da cuenta tarde, y hace responsable a ¡¡la maldición!!
Cuesta creer que Rigoletto se deje vendar y que esa venda le lo suficientemente sordo para no sentir los gritos desgarradores de socorro de su hija que estaba bajando por la escalera que él mismo estaba sujetando, pero bueno, es lo bello de la fantasía, que te la tienes que creer. Veremos que en Il Trovatore se requiere aún mayor fe.
Como es una operación nocturna y silenciosa, el coro canta suave, ágilmente y de una vez. Cuando la gestión está terminada y Rigoletto espera impaciente, se quita la venda y le entra la histeria. Ahí la orquesta se pone de parte de Rigoletto, para terminar con la maledizione, en la que Muti toca disminuyendo y haciendo crecer el sonido de una manera única, en 56.40.
Escuchar de 51.50 a 57
Cuesta creer que Rigoletto se deje vendar y que esa venda le lo suficientemente sordo para no sentir los gritos desgarradores de socorro de su hija que estaba bajando por la escalera que él mismo estaba sujetando, pero bueno, es lo bello de la fantasía, que te la tienes que creer. Veremos que en Il Trovatore se requiere aún mayor fe.
Como es una operación nocturna y silenciosa, el coro canta suave, ágilmente y de una vez. Cuando la gestión está terminada y Rigoletto espera impaciente, se quita la venda y le entra la histeria. Ahí la orquesta se pone de parte de Rigoletto, para terminar con la maledizione, en la que Muti toca disminuyendo y haciendo crecer el sonido de una manera única, en 56.40.
Escuchar de 51.50 a 57
lunes, 17 de junio de 2013
Rigoletto (IX). Caro nome...10 sopranos (II)
Seguimos disfrutando de las grandes Gildas con otras 5 (lo siento, hoy no tengo tiempo para comentar, qué más me gustaría):
1. Mariella Devia
2. Diana Damrau
3. Andrea Rost
4. Ileana Cotrubas
5. Elena Mosuc
1. Mariella Devia
3. Andrea Rost
4. Ileana Cotrubas
5. Elena Mosuc
Rigoletto (VIII). Caro nome...¡¡10 sopranos!! (I)
Gilda despide al Duque con una emoción tremenda, tanta que le llevó a dar (a algunas Gildas) un Re bemol agudo.
Se queda pensando en él y se muestra deseosa de volverlo a ver.
En Rigoletto la soprano aparece algo tarde, a los 20 o 25 minutos, pero Verdi compensa este desequilibrio exigiéndole cantar sin descanso otros 25 minutos en los dos dúos que acabamos de escuchar y en el aria que esta noche os presento, para el que no la conozca.
"Caro nome" es quizá el aria más famosa para soprano de Verdi, rivalizando con las dos de Violeta en La Traviata o, por qué no, el "O patria mia" de Aida. Es habitual en recitales para soprano ligera o lírica de coloratura, se trata de una pieza de mucho lucimiento, una prueba para toda soprano de esta clase.
Es curioso que Gilda sea un papel para una vocalidad de soprano poco común en Verdi. Gilda se encuentra en las antípodas de una Abigaíl de Nabucco, una Lady Macbeth o una Aida, por citar algunos caracteres más "representativos" o típicos de "soprano verdiana". Y es que precisamente, al ser una niña de 16 años, necesitamos una soprano con voz más clara que oscura, con un toque ingenuo, puro, casto, celestial. Ya a lo largo de la ópera va evolucionando el personaje, y esa voz de ligera o lírica-ligera debe pasar a una lírica, con algo más de peso. Por ello, muchas las sopranos que más han frecuentado Verdi, como Caballé, Price, Tebaldi, Freni, Milanov, Cerquetti, han hecho poco o ningún caso a Gilda. Maria Callas es una excepción, la soprano todoterreno. A la inversa, otras que tiran más hacia Donizetti, Bellini, Rossini, o incluso Mozart y el repertorio francés ligero han hecho de Gilda uno de sus papeles fetiche.
Hemos tenido el privilegio de contar con grandes Gildas en la historia discográfica y en los teatros en las últimas décadas. Os propongo las siguientes, a riesgo de que me deje alguna, que siempre pasa:
1. Joan Sutherland, probablemente mi favorita. Ese legato, staccato, legato, staccato a partir de 3.35...ese picoteo, ese trino de 4.30...Se mire por donde se mire, es PERFECTA. Para comérsela.
2. Maria Callas obtuvo enormes éxitos con Gilda a pesar de su voz más dramática. Más seria, con más expresión y carácter, menos barroca que Sutherland. Personalmente, ya lo he dicho, su voz no me gusta por lo a veces estridente y abierta. Ahora bien, no pondré en duda su genio.
3. Luciana Serra, naturalmente no tan conocida y estratosférica como las anteriores, es una soprano con mucha clase.
4. Renata Scotto es considerada por muchos una digna sucesora de la Callas por la afinidad en sus repertorios e incluso en sus estilos interpretativos.
5. Edita Gruberova. Más cercana a Serra o Sutherland que a Callas o Scotto, aunque con un estilo propio, es considerada por muchos como la última mohicana del belcanto (entendido en sentido estricto), ya que actualmente a sus 66 años sigue llenando las plazas.
Como no me quedo satisfecho y vamos bien de tiempo, mañana pondré otras 5 sopranos que tampoco puedo dejar fuera. Porque es una gozada escuchar el Caro nome bien cantado, por muy manido que esté.
Aclaro que salvo en el caso de Sutherland, el resto del orden no sigue necesariamente mis preferencias.
domingo, 16 de junio de 2013
Rigoletto (VII). El Duque aparece por sorpresa.
Sale el bufón de la casa y entra en escena el señor que se escondía dentro de la casa. Sin la colaboración de Giovanna, la doncella, no hubiera sido posible esa intrusión para ver a Gilda.
El Duque y Gilda se conocían de vista. Se vieron en la iglesia, único lugar que Gilda visitaba por órdenes de su padre. Ahora se dice que se liga en las bibliotecas, antes parece que la costumbre era hacerlo en Misa, o al menos es lo que pasó entre estos dos. El Duque la siguió hasta su casa y fue allí donde se sorprendió al comprobar que era la hija de Rigoletto. Se presenta como un estudiante, pobre, humilde, con el nombre de Gualtier Maldé. Introducirse como el Duque de Mantua quizá habría alejado a Gilda por su juventud y su corriente rango social (de ella).
EL Duque le canta lo de "È il sol dell'anima..." que la enloquece (a quién no cautiva una melodía y unos versos tan bellos). Y aquí interactúan, como se dice modernamente, en un dúo delicioso, rematado con una cabaletta animadísima en la que se despiden momentáneamente con "Addio addio, speranza ed anima", a veces coronada con un Re bemol agudo, si soprano y tenor lo alcanzan. Fue uno de los fragmentos primeros que escuché de Rigoletto y me enganchó definitivamente a esta ópera, antes de saber lo que era una cabaletta, un tenor ligero o una soprano de coloratura. Estas cosas se van aprendiendo después con el tiempo, pero siempre hay un elemento de enganche que te deja boquiabierto.
1. Pavarotti y Sutherland, a mi juicio la mejor pareja operística para interpretar estos dos papeles. Fraseo y color irresistible el del tenor en È il sol dell'anima...radiante frescura y puerilidad (como tiene que ser en el primer Acto) la de la Sutherland, con un Reb sólido, imbatible. Hasta parece que es sencillo.
2. Kraus y Beverly Sills (que no Hills). Kraus, como Pavarotti, tuvo al Duque entre sus papeles más cantados, hasta el final de su carrera. Cumplidos los 60 años cantaba este juvenil personaje, siempre pareciendo más fresco que otros colegas tenores de menor edad incluso. Kraus es más preciso y aristocrático, más perfeccionista que el de Módena (teniendo en cuenta que el italiano lo es también, estamos comparando a los del Olimpo). Sills tiene unas habilidades y repertorio similares a la Sutherland, es considerada una soprano de categoría, aunque para mi gusto su timbre no alcanza la belleza del de la australiana. También coronan con un Reb sensacional.
3. Juan Diego Flórez y Diana Damrau. Estos dos cantantes son estrellas hoy en día, y pasarán en mi opinión a la historia de la ópera. El primero ha cantado poco el papel por razones que explicaremos más adelante. Ella sí lo frecuenta. He tenido el privilegio de vérselo en NY hace 2 años con magníficos resultados.
Y podría poner decenas más, geniales, quizá mejores que los que he mostrado hoy, es muy difícil elegir. Tenores como Bergonzi, Alagna, Domingo...o sopranos como Callas, Cotrubas, D'Angelo, Scotto, Rost...
viernes, 14 de junio de 2013
Rigoletto (VI). La soprano tenía que llegar. ¡Pecorino al tartufo!
Después del "ah no, è follia!", con la mayoría de barítonos optando por el agudo para desgracia de Muti (y no sé si de Verdi), la orquesta se pone contentísima, luminosa, llena de deseo, para dar la bienvenida a Gilda, la escondida hija de nuestro bufón. Éste es el primero de los 3 (Tres!!, y bien largos) dúos de Rigoletto con su hija. La madre de Gilda murió, y sólo están el uno para la otra y viceversa.
Gilda tiene 16 años y como es natural se queja de que su padre no le deja salir más que a Misa, que lleva ya tres lunas (¿no sabían en qué día vivían?) en la casa y no baja ni por el pan, que quiere un poco de aire fresco porque se le va a acabar la juventud. No le falta razón a Gilda. Ahora bien, hay que entender a la otra parte, que tiene encima una maldición, que pueden raptar a su hija los cortesanos para entregársela al duque por no seguir planteando hipótesis.
Se dan mimitos cual padre e hija cuando de repente se oye un brusco ruido. Rigoletto se muestra turbado porque piensa (y con razón) que alguien ha entrado en la casa. Ya podéis suponer quién es, pero lo veremos mañana.
La relación tan tan estrecha de Rigoletto y Gilda hace que comprendamos las reacciones futuras que llevará a cabo Rigoletto.
Escuchar de 23.30 a 36.00, para coger la última nota de Bruson, que realmente es la que está escrita. La soprano es Andrea Rost y dirige Muti.
Milnes y Sutherland, compañeros de viaje en multitud de óperas.
A partir de 3.30, para que veamos el agudo y el "shock" de la orquesta, comparando con el de Bruson.
No sólo por su sabor, también por su aroma trufado, este queso triunfa allá donde vaya. Puede ser un pelín caro por la trufa, aunque lo merece. ¿No apetece?
jueves, 13 de junio de 2013
Rigoletto (V). Somos iguales, yo la lengua y él el puñal...5 Rigolettos
Después de la maldición y Sparafucile, Rigoletto enloquece, empieza a darle vueltas a todo, la eterna risa se le borra de su rostro. Hasta los bufones pueden volverse serios y reflexivos de cuando en cuando.
"Pari siamo, io la lingua e lui il pugnale" (somos iguales, yo la lengua y él el puñal). Esa frase lo dice todo, Rigoletto se identifica con los fines de Sparafucile. No desperdicia la ocasión de lamentarse con rabia de su aspecto deforme, de su profesión, que siempre le están pidiendo que les haga reír cuando lo que siente es un llanto profundo. ¡Que está ya harto de ser bufón, hombre ya! Manifiesta su odio a los cortesanos que le piden gracietas. Y al final una duda: ¿me sucederá alguna desgracia? No, !es una locura!
Rigoletto, como vengo diciendo, es un barítono. Fernando Fraga nos indica que "tiene una tesitura amplia (de si bemol grave a sol agudo) y dramáticamente es de enorme complejidad psicológica. Necesita, pues, por ambos frentes, un artista imaginativo y una voz de calidad: auténtico barítono brillante de amplia sonoridad, atento y generoso sentido del canto ligado, expresividad desprendida. Sólo así podrá transmitir las peripecias personales de uno de los personajes más ricos de toda la operística italiana".
Podemos aventurar que todo barítono de primera, o casi, lo ha cantado alguna vez en su vida. Algunos no lo abandonan jamás, como es el caso de Leo Nucci o Renato Bruson, con miles de representaciones a sus espaldas. Por el otro lado, es una ópera que se representa continuamente y es frecuente no encontrar la calidad bastante, no sólo en los teatros de menor categoría. Las brillantes grabaciones que aquí comparto con vosotros nos malacostumbran a lo bueno, y cuando vamos al teatrillo de nuestra ciudad podemos salir hasta con mal humor.
Escuchar desde 1.57 hasta 3.30. Es muy importante lo que Muti explica. Veréis que de los 5 barítonos sólo lo cumple Bruson. Se trata de las dos últimas frases del aria.
1. Sherrill Milnes (no os confundáis, quien sale en la foto es la Sutherland, que escucharemos mañana).
2. Piero Cappuccilli
3. Leonard Warren
4. Renato Bruson, el único que hace caso a Muti (será porque él dirige...).
Escuchar de 19.25 a 23.30
5. Leo Nucci, al que voy a ver el día 29 en Sevilla. Escuchar de 21.45 a 25.
RIGOLETTO
(Siguiendo a Sparafucile con la vista)
¡Somos iguales!
Yo con la lengua y él con el puñal;
¡Yo soy el hombre que ríe,
él, el que mata!
¡Aquel viejo me maldijo!
¡Oh hombres!... ¡Oh, naturaleza!...
¡Me habéis hecho un vil malvado!...
¡Que rabia, ser deforme!...
¡qué rabia ser bufón!...
¡No deber, no poder hacer otra cosa
mas que reír!
Me está prohibido el patrimonio
de cualquier hombre... ¡el llanto!
Y mi amo joven y alegre,
tan poderoso, adormilándose me dice:
¡bufón hazme reír!...
Y debo esforzarme y conseguirlo.
¡Qué condena!
¡Os odio, cortesanos repugnantes!
¡Que alegría me da el zaheriros!
Si soy perverso, es por vuestra culpa.
¡Pero aquí soy otro hombre!
¡Aquel viejo me maldijo!
¿por qué este pensamiento me turba?
¿me sucederá alguna desgracia?
No, ¡es una locura!
Rigoletto (IV). El bufón se tropieza con un personaje peculiar
Termina la fiesta y Rigoletto vuelve a casa muy preocupado por la maldición que le ha echado Monterone, la cual va a determinar todo el transcurso de la ópera.
Se encuentra con un hombre que le saluda así de repente y se presenta como alguien que le ofrece sus servicios por si algún día los necesita. Es un asesino a sueldo extranjero, de la Borgogna. Rigoletto, haciéndose el desinteresado, le comenta que de momento no le necesita, pero le pregunta dónde puede encontrarlo por si las moscas, ya que siempre conviene tener a uno a mano, nunca se sabe. Se llama Sparafucile.
Naturalmente, un asesino a sueldo no va a tener una voz de tenorino, y como el protagonista ya es barítono, es preciso dibujarlo con voz grave, la más grave posible. De hecho Verdi le exige un Fa1, quizá la nota más grave escrita para voz en la ópera (eso leí una vez), que es la última del dúo como podéis comprobar.
Este tenebroso personaje no tiene aria propia, se considera vocalmente secundario comparado con el trío protagonista, pero es absolutamente imprescindible.
Por lo demás, la orquesta ambienta, describe la noche serena aportando un punto de intriga. El canto es realista, muy próximo al recitado, a la entonación que le pondríamos hablando, primando siempre la musicalidad verdiana.
1. Corneil MacNeil (Rigoletto) y Cesare Siepi (Sparafucile)
2. Sherrill Milnes (R) y Samuel Ramey (S)
3. MacNeil de nuevo, con Justino Díaz, para que veáis imagen con subtítulos.
Se encuentra con un hombre que le saluda así de repente y se presenta como alguien que le ofrece sus servicios por si algún día los necesita. Es un asesino a sueldo extranjero, de la Borgogna. Rigoletto, haciéndose el desinteresado, le comenta que de momento no le necesita, pero le pregunta dónde puede encontrarlo por si las moscas, ya que siempre conviene tener a uno a mano, nunca se sabe. Se llama Sparafucile.
Naturalmente, un asesino a sueldo no va a tener una voz de tenorino, y como el protagonista ya es barítono, es preciso dibujarlo con voz grave, la más grave posible. De hecho Verdi le exige un Fa1, quizá la nota más grave escrita para voz en la ópera (eso leí una vez), que es la última del dúo como podéis comprobar.
Este tenebroso personaje no tiene aria propia, se considera vocalmente secundario comparado con el trío protagonista, pero es absolutamente imprescindible.
Por lo demás, la orquesta ambienta, describe la noche serena aportando un punto de intriga. El canto es realista, muy próximo al recitado, a la entonación que le pondríamos hablando, primando siempre la musicalidad verdiana.
1. Corneil MacNeil (Rigoletto) y Cesare Siepi (Sparafucile)
2. Sherrill Milnes (R) y Samuel Ramey (S)
miércoles, 12 de junio de 2013
Rigoletto (III). La Maledizione de Monterone a Rigoletto
El Duca trata de cortejar a Condesa de Ceprano mientras sigue la fiesta. Rigoletto hace notar la ira del Conde de Ceprano, por los cuernos que le está poniendo la Condesa. Todos ríen las gracietas de Rigoletto, a lo que el Conde reacciona recogiendo a la Condesa. Rigoletto, que quiere marcha, le sugiere al Duca que la rapte o que aprese al Conde. Claro, éste se enfada sacando su espada hacia Rigoletto, y el Duca media, arbitra, modera y apacigua, al mismo tiempo que le da un aldabonazo a Rigoletto, que a veces se pasa con sus burlas.
Marullo cuenta un cotilleo: que Rigoletto tiene una amante viviendo en su casa, y los cortesanos se burlan del bufón. Tanta fiesta es interrumpida por Monterone, reclamando el honor de su hija, manchado por el Duca por haber tenido una aventura con ella. Rigoletto se burla de nuevo, y Monterone reclama venganza a Dios y al Mundo: aquí tenemos la Maledizione, título originariamente propuesto para Rigoletto.
Música festiva y desenfadada como decía ayer, da una enorme oportunidad a Verdi para plantear una escena de coros, intercalados con diálogos cantados de los diferentes cortesanos y Rigoletto, siempre con movimiento. Hay una melodía de fondo llevada por los metales, pero Verdi va introduciendo nuevos temas dependiendo de quién hable/cante y la situación de cada momento.
Escuchar desde 6.00 hasta 15.15
lunes, 10 de junio de 2013
Rigoletto (II). Al Duca le da lo mismo una que otra. Questa o quella. ¡Carrat!
Acto I, Cuadro I
En el salón del palacio del duque de Mantua están de fiesta, como es habitual. Es afición conocida del duque organizar estos bailes para atraer a las cortesanas y nobles, aunque éstas estén casadas. Realmente le da igual una que otra, hoy una, mañana otra distinta, y así...
Tras el breve preludio, no hay un coro de bandidos, de brujas, de soldados o de oprimidos, sino una auténtica orgía, dando la primera frase el propio Duca, discretamente, a un cortesano, de que le gustan todas, lo cual desemboca en una breve cavatina, donde el tenor puede meterse al público en el bolsillo así de primeras.
Hablaré más adelante en detalle de la vocalidad del Duca. Hoy simplemente vamos a comparar diferentes "Questa o quella".
Carlo Bergonzi
Luciano Pavarotti
Afredo Kraus
Roberto Alagna
Sé que no es viernes y que no estoy cumpliendo objetivos, así que algún queso falta por poner.
Os presento Carrat, queso de cabra de Barcelona.
http://www.mundoquesos.com/2008/12/carrat.html
Suscribirse a:
Entradas (Atom)