En soledad, Lina reza horrorizada a Dios pidiendo ayuda, y se decide a confesar su culpa al marido en una carta. Su padre llega, se la arranca de las manos y ordena silencio para evitar la deshonra familiar.
Este dúo de soprano y barítono, padre e hija, muy habitual en Verdi, es uno de los pocos fragmentos "cerrados" de Stiffelio.
Escuchar desde 28.45 hasta 42.50
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